Principales problemáticas e inquietudes de las personas mayores en las sociedades posindustriales. Análisis cualitativo en los contextos español y alemán
Main problems and concerns of older people in post-industrial societies. Qualitative analysis in the Spanish and German contexts
Autores
Amezcua, Teresa
https://orcid.org/0000-0002-8128-8717
Universidad de Jaén, España
García-Domingo, Marta
https://orcid.org/0000-0002-8597-5549
Universidad de Jaén, España
Datos del artículo
Año: 2020
Volumen: 8
Issue:2
DOI: http://dx.doi.org/10.17502/mrcs.v8i2.418
Recibido: 14-9-2020
Aceptado: 19-10-2020
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Resumen
El progresivo envejecimiento poblacional supone además de un hito, un reto y una responsabilidad pública. Se observa una escasez de estudios sociales cualitativos centrados en analizar los problemas que enfrentan los/as adultos/as mayores, según su propia perspectiva. Por ello, el presente estudio, partiendo del paradigma del envejecimiento activo, pretende analizar las principales inquietudes y problemas autopercibidos por los propios adultos mayores, así como la valoración subjetiva y atribuciones que hacen de los mismos. Se estudian, por tanto, no solo las problemáticas en cuestión, sino también las implicaciones que estas conllevan en las distintas esferas vitales: personal, emocional, familiar y social, abordándose este reto investigador desde una perspectiva comparada entre el contexto alemán y el español, con modelos de bienestar social dispares. Para ello, se diseña una investigación cualitativa de estudio de casos, a través de la técnica de la entrevista semiestructurada y el grupo focal, seleccionándose un doble perfil de participantes: experto y adulto mayor. La muestra final, de 56 participantes, está determinada por la saturación de discursos. Entre los principales problemas reseñados destacan los económicos, la soledad y la ruptura con los estilos de vida y redes sociales, que se retroalimentan entre sí e interfieren en distintas esferas vitales.
Palabras clave: adultos/as mayores, autopercepción, análisis comparado, envejecimiento activo,
Abstract
The progressive population aging is both, a public responsibility and a social challenge. There is a shortage of qualitative social studies focused on analysing the problems faced by older adults, according to their own perspective. For this reason, the present study, based on the paradigm of active aging, aims to analyse mayor concerns and self-perceived problems by older adults themselves, as well as subjective assessment and attributions they make of them. Therefore, we study not only these problems, but also the implications that these have in personal, emotional, family and social areas. Furthermore, this research is approached from a comparative perspective between Germany and Spain, which are context with different models of Social Welfare. For this purpose, a qualitative research was designed using the techniques of semi-structured interview and focus group. Participants were selected in a double profile: expert and older adult. The criterion of discourse saturation established the final sample of 56 study subjects. We highlight poverty, loneliness and the break with lifestyles and social networks, which feed each other and affect different areas of life.
Key words: older adults, self-perception, comparative analysis, successful aging,
Cómo citar este artículo
Amezcua, T. y García-Domingo, M. (2020): “Principales problemáticas e inquietudes de las personas mayores en las sociedades posindustriales. Análisis cualitativo en los contextos español y alemán”, methaodos.revista de ciencias sociales, 8 (2): 271-287. http://dx.doi.org/10.17502/mrcs.v8i2.418
Contenido del artículo
1. Introducción
En el actual contexto sociodemográfico marcado por un progresivo envejecimiento poblacional, analizar los problemas vinculados a la vejez, las necesidades percibidas por la población mayor, sus demandas explícitas y los factores sociales que condicionan o determinan su calidad de vida y participación social, tanto desde un enfoque centrado en la persona como a nivel colectivo, supone una responsabilidad ineludible para las disciplinas sociales y humanísticas, en general, y para el Trabajo Social, en particular. Además, interesa especialmente no solo identificar dichas problemáticas percibidas por los mayores, sino el significado y la atribución de responsabilidades que otorgan a las mismas, dando valor a las subjetividades.
El siglo XXI trajo consigo un importante avance en la atención a las necesidades asistenciales de las personas mayores, canalizadas de manera específica a través de la promulgación de la Ley 39/2006Ref18, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, y su cartera de servicios y prestaciones. Ello supuso la creación de todo un sistema público de atención a personas en situación de dependencia al amparo del reconocimiento de un nuevo derecho social al colectivo, así como a sus familiares y cuidadores. No obstante, se ha evidenciado que las necesidades de las personas mayores no se circunscriben únicamente a la atención de aspectos físicos y psíquicos, sino que alcanzan a otros ámbitos, concretamente el de las relaciones sociales y las oportunidades de participación social. Ello va en relación con la concepción más inclusiva de envejecimiento exitoso que, en línea con lo que Rowe y Kahn ya apuntaron en 1997Ref29, no se limita a la ausencia de enfermedad y discapacidad, sino también al mantenimiento del funcionamiento físico y mental y a una participación activa. En este sentido, estudios previos han demostrado que la exclusión social y la soledad tienen efectos negativos en la salud, mientras que el apoyo social y las relaciones sociales se corresponden con resultados positivos de salud (Cassell, 1976Ref6; Cohen y Syme, 1985Ref8; Myers y Diener, 1995Ref24). Por ende, el bienestar psicológico es una variable predictora de buena salud y capacidad funcional (Castellano, 2014)Ref7.
Resulta, por tanto, fundamental abordar el reto del envejecimiento desde una perspectiva bio-psico-social, en la que los propios mayores sean protagonistas del cambio desde el diseño a la implantación, superándose estereotipos y prejuicios asociados a la vejez. Ejemplo de ello es la constatación por parte de la investigación gerontológica de que, en contraposición al estereotipo de que en la vejez se merma la capacidad de adaptación y autorregulación emocional, existe un buen ajuste emocional en la población mayor, con puntuaciones estables en indicadores de bienestar psicológico. En estrecha relación con dicho bienestar está la percepción de autoeficacia en el manejo de problemas presentes y futuros, que actúa como elemento protector del bienestar de las personas mayores en etapas de vejez avanzada (Navarro et al., 2006)Ref25.
En este sentido, y desde una perspectiva más holística, investigaciones previas a nivel internacional han analizado los problemas de las personas mayores, señalando aspectos como los siguientes: la pobreza y las dificultades financieras propias de sistemas de pensiones inseguros, con importantes diferencias interpaíses (Walker y Maltby, 1996)Ref42; la soledad y deseo de estrechar e intensificar los contactos con familiares (Florea et al., 1992)Ref13, actuando el grado de integración social como variable moderadora de dicho sentimiento (Walker y Maltby, 1996)Ref42; la muerte de personas cercanas (Suutama, 1994)Ref39, con importantes diferencias de género al tener las mujeres una mayor esperanza de vida y, por ende, ser más proclives a experimentar en primera persona dicho suceso vital estresante.
En la década de los 90, Sáez et al. (1995)Ref33 emprendieron un estudio con población mayor de 65 años en la Comunidad Valenciana, con el fin de ahondar en los problemas de la tercera edad, según los propios protagonistas. Hallaron que el problema económico (74,2%) era el causante de mayor preocupación a la población objeto de estudio, seguido de la soledad (59,2%) y los problemas de salud (38,5%). Además, en comparación con el estudio de Sáez (1985)Ref32, contextualizado en la década previa, observaron un incremento muy significativo (más del 22%) de la preocupación por los asuntos económicos en la población mayor en un periodo de diez años. Sin embargo, observamos que hay pocos estudios actualizados que analicen esta realidad y que lo hagan desde una perspectiva comparada entre regiones o entre países de la zona euro.
Así mismo, se pone de manifiesto la insuficiencia de estudios que se aproximen a ella desde un enfoque cualitativo, poniendo el foco de atención en los propios protagonistas de esta realidad y en sus subjetividades. La inclusión del análisis de la experiencia emocional de la vejez abordada desde el método científico es reciente (Márquez-González, 2008)Ref21. Ello se debe, entre otros motivos, a la infravalorización de los sentimientos y emociones propia del siglo XX, al considerarse contrapuesta al procesamiento racional de la información (Eich y Schooler, 2000)Ref10.
2. Objetivo y método
2.1. Tipo de investigación y técnicas empleadas
La presente investigación responde a la necesidad de conocer en profundidad a las inquietudes y problemáticas que enfrentan las personas adultas mayores en las dos sociedades occidentales contemporáneas avanzadas objeto de análisis: la alemana y la española. Se pretende, a tal efecto, lograr una aproximación a las convergencias y divergencias que sobre dichas problemáticas se dan en ambos contextos y a los posibles factores explicativos de las mismas. Cabe reflejar, llegado este punto, que las zonas de interés seleccionadas lo fueron porque se enmarcan en diferentes modelos de estado de bienestar o Europas Sociales (García-Domingo y Sotomayor, 2016)Ref14: el continental o corporativista y el mediterráneo.
Nos aproximamos a ello a través de una metodología cualitativa, para poder comprender las percepciones, subjetividades, significados y explicaciones atribuidas por sus propios actores sociales a estas realidades. En concreto, empleamos dos técnicas clave: la entrevista semiestructurada en profundidad y el grupo focal, utilizándose en ambas técnicas un guion semiestructurado con preguntas abiertas.
2.2. Participantes
Para garantizar la representatividad de los grupos de interés, seleccionamos un doble perfil de participantes: experto/a y persona mayor, con una muestra intencional determinada por la saturación de los discursos de 56 participantes (28 expertos/as y 28 personas mayores). Entre los expertos se seleccionó ad-hoc un doble perfil profesional: investigadores sociales (9 participantes) y profesionales de la intervención social con personas mayores (19 participantes), estableciéndose a su vez criterios de selección relativos a la nacionalidad, experiencia laboral mínima (5 años) y disciplina (trabajo social, psicología, pedagogía, gerontología, sociología, medicina). Con respecto a las personas mayores, verdaderos protagonistas de la investigación, se seleccionó un doble perfil para garantizar la representatividad de los discursos: el de personas mayores que actúan como líderes comunitarios (11 participantes) y el de personas mayores integrantes de alguna asociación/colectivo (17 participantes), estableciéndose dos criterios de inclusión generales clave: tener 60 años o más y ser miembro de una entidad asociativa. Tanto los expertos como los líderes comunitarios participaron en la investigación a través de la técnica de le entrevista semiestructurada en profundidad, realizándose un total de 39 entrevistas (28 a expertos/as y 11 a líderes comunitarios). Por su parte, los mayores integrantes de entidades asociativas participaron a través de la técnica del grupo focal, realizándose 2 grupos focales (uno en España y otro en Alemania) con un total de 17 participantes.
Con respecto a la muestra total de 56 informantes clave, existe una representación nacional equitativa: 26 informantes clave del contexto español y 30 del alemán. En lo relativo al sexo, este fue un criterio para la selección de la muestra de personas mayores con una representatividad equilibrada entre hombres mayores (N=13) y mujeres mayores (N=15). En el caso de la muestra de expertos, el sexo no fue considerado un criterio de inclusión. No obstante, para una mejor interpretación de los discursos en el presente trabajo se identifica el sexo de todos los participantes en las citas textuales, independientemente del perfil que representan en la muestra.
2.3. Procedimiento de análisis de datos y codificación
Para el análisis de la información recabada se comenzó con la transcripción literal de las grabaciones y lectura preliminar de las mismas. Posteriormente, siguiendo las bases de la Teoría Fundamentada (Glasser y Strauss, 1967)Ref16, e incidiendo sistemáticamente en el “método comparativo constante” como procedimiento interno se codificaron los temas, conceptos y procesos partiendo de los datos primarios, asignándose cada fragmento a las categorías temáticas emergentes. Los datos procesados fueron sistematizados con el soporte del software de análisis cualitativo Atlas.ti (V8), que permitió cuantificar el enraizamiento (E) de los códigos y la densidad (D) de los vínculos entre los mismos. Tras el procesamiento de los resultados, se analizó el contenido y se elaboraron las redes semánticas que muestran gráficamente las interrelaciones entre las categorías de análisis para la construcción del discurso.
Cabe destacar que en el procedimiento de codificación se garantizó el anonimato de los participantes, a través del empleo de acrónimos. En concreto, asignamos a los/as participantes un acrónimo que consta de dos letras (una mayúscula y una minúscula), un número y un símbolo. La letra mayúscula corresponde con el país en que se contextualiza la entrevista (A= Alemania; E=España). La segunda letra se corresponde con el perfil de informante (e= experto; m=mayor). El número se corresponde con la numeración de los/las participantes (del 1 al 56). Por último, un símbolo que permite identificar el sexo del /la informante (♀=mujer; ♂= hombre).
3. Análisis
Diferentes factores relacionados con los procesos de envejecimiento causan síndromes geriátricos como “inmovilidad, inestabilidad y caídas, incontinencia urinaria y deterioro cognitivo” (Gómez-Ayala, 2005: 70)Ref17. Estas enfermedades fisiológicas condicionan la vida de las personas que sufren un deterioro grave de su organismo o disfuncionalidades, limitando el desarrollo de la actividad normal en la vida de las personas mayores. No obstante, a nivel psicosocial también encontramos barreras que obstaculizan el pleno desarrollo y bienestar de los/as adultos/as mayores. Respecto a éstas, del análisis de las entrevistas y grupos focales realizados se deduce que las características y problemáticas psicosociales que pueden influir en la calidad de vida y envejecimiento activo exitoso de la población mayor son múltiples, viéndose influidas entre sí. Destaca la incidencia del contexto y de las relaciones sociales, que a su vez se ven muy condicionados por el nivel de ingresos económicos. Así, la soledad y la pobreza en la vejez son las categorías más significativas de nuestro análisis exploratorio, amén de la ruptura con el estilo de vida y redes sociolaborales propia de la jubilación (véase Cuadro 1)Nota1.

3.1. Llegar a mayor y volverse pobre: situaciones de precariedad y pobreza económica entre las personas adultas mayores y sus consecuencias a nivel personal, familiar y social
Los/as participantes de los grupos focales ponen de manifiesto su preocupación sobre la realidad económica de los mayores, con especial incidencia de esta problemática entre los mayores con vidas laborales inestables o marcadas por la temporalidad laboral, con periodos de actividad interrumpidos. Se plantea, así, el problema de la pobreza en mayores como un inconveniente mayor que les afecta en el presente y que estiman se irá acentuando en un futuro cercano.
En el tema del dinero las personas mayores lo estamos pasando mal, pero hay que sobrellevarlo. Em27♀
Las carreras laborales a veces tienen interrupciones, por ejemplo, interrupciones debidas a la maternidad, por ejemplo, o por enfermedad, o pérdidas de trabajo varias veces. Son problemas que hacen que después las pensiones sean demasiado bajas. Hay entonces un gran problema con estos grupos de personas que tienen que hacer frente a ser pobres a esta edad, la pobreza de los mayores. Y es un problema que va a ser más severo en el futuro. Ae8♀
Vemos que las no contributivas son una barbaridad, pero en el futuro va a haber personas que no tengan pensiones, y va a ser mucho peor. (…) gente que está trabajando 10 horas en un negocio y lo tienen asegurado 3 horas o 4. ¿Qué tipo de pensión les va a quedar a esas personas? Ee55♂
Nos encontramos así, con situaciones en las que los mayores se ven abocados a retrasar la edad de jubilación o a recurrir a los denominados “Minijobs” en el contexto alemán, viéndose esta decisión motivada principalmente por asuntos económicos y no tanto de desarrollo personal.
Hay personas mayores que siguen trabajando porque la pensión no les llega, y tienen que ir por la mañana a sacar periódicos. Am25♀
Sí que es verdad que en Andalucía a nivel general los ingresos de las pensiones son muy bajos: 300 o 400 € al mes, así que no hay grandes pensiones para los mayores. Ee15♀
Se producen, así, cambios notorios en los estilos de vida de los mayores a partir de la jubilación, que tienen como factor desencadenante principal el económico y que exigen la articulación de estrategias de adaptación rápidas, con implicaciones a nivel de relaciones sociales, ocio, hobbies y bienestar emocional, entre otros.
Yo, por ejemplo, he vivido muy bien, y ahora ingresos tengo pocos. Y tienes que adaptarte. Yo de verdad te digo que yo pensaba que no me iba a adaptar, ¿eh? Yo nunca tuve dinero, pero era un tío que manejaba dinero. Y ahora, como me he tenido que jubilar pues... ¡tienes que abrochar! Y no abrocho ¿por qué? Porque no tengo... Yo viviría mejor con más dinero. Por ejemplo, viajar, yo he viajado por toda España... Yo era encargado de compras y me iba a Madrid, a Galicia.... y estaba todo el día en la calle, y vivía de maravilla. Y eso, bueno no lo echo tanto de menos. Pero, por ejemplo, yo irme a tomar unas gambas, pues no puedo hacerlo, me las tengo que comer en mi casa, y encima congeladas. Lo que pasa es que la gente mayor no está acostumbrada a este nivel de vida. Em24♂
A menudo, el nivel de ingresos de los mayores de 65 años se encuentra por debajo de la cuantía del ingreso mínimo vital español o del Hart IV alemán y, sin embargo, no pueden solicitar ser beneficiarios de este por no encontrarse en edad laboral. Quedan, así, relegados a ayudas de tipo asistencial, produciéndose situaciones en las que los mayores se niegan a pedir este tipo de ayudas por los prejuicios prevalecientes hacia las mismas. En este escenario, se generan situaciones de dependencia económica familiar ante las que los mayores se muestran reacios y disconformes, así como realidades en las que las interacciones familiares se ven limitadas por la escasez de recursos de los mayores.
Mi padre tenía una paguita muy pequeña, gracias a que mi marido ganaba…y yo podía ponerle por la tarde una persona, para que me ayudara un poco. Em23♀
Ahora tengo menos y entonces una se corta más, pues a mí me gustaría que fueran mis hijas todos los días a comer a mi casa, a mí me gustaría… (…) pero muchas veces no puedo. (…) Mi hija está sin trabajo, parada y a mí me gustaría decir “veniros cuando salgan los niños del colegio, veniros a comer, y ya pues estar juntos” … pero a veces no puedo. Em27♀
A tal efecto, cabe destacar la vinculación puesta de manifiesto en los discursos de los/as mayores participantes entre ingresos económicos y valía personal, así como entre esta última y capacidad de apoyar a sus familiares.
Yo el nivel de renta…ya no valgo..., porque no tengo yo una paga de esas altas... Porque antes sí. Em28♂
Además, apuntan a que ese nivel de ingresos condiciona, o incluso determina, el nivel de participación e influencia social de los mayores y, por ende, su envejecimiento activo.
Esto es…directamente proporcional, lo que tu hagas activamente en tu vejez a la pensión que tengas. Ee13♀
Por ejemplo, si tú tienes más dinero, puedes ser, por ejemplo, miembro de una asociación o algo así, porque puedes pagar la cuota de socio, entonces… Y probablemente tu nivel de influencia sea más alto si eres rico, pero eso no significa necesariamente que si eres pobre tú automáticamente te aísles, es verdad que la probabilidad es más alta de que te asiles, pero hay formas alternativas de participación, de organización, como hemos dicho, que son gratis. Ae8♀
Sabemos que un porcentaje muy alto de los ancianos caen en este grupo donde prevalece la pobreza de la vejez y las consecuencias ya se dijeron, es que no tienen participación. Así que la situación económica determina en parte a la participación o no. Am48♂
Así, pese a que hay opciones de participación social y envejecimiento activo y saludable en las que se prioriza a las rentas bajas, hallamos que, en la implantación práctica de dichos programas, muchos adultos mayores con ingresos económicos limitados se ven abocados a renunciar a su disfrute por el condicionante económico.
Si están mal de la espalda, si están mal de las piernas, si necesitan esto…ya, pero con cuatrocientos euros, yo es que no puedo hacer esto, incluso si se van al servicio de Daimiel, al servicio de balneario… que se lo van a dar sólo por la renta… Pero claro, es que, irte al balneario diez días, eso cuesta cuatrocientos treinta euros y eso es lo que tú ganas al mes. Y allí tu estas muy bien, pero ¡a ver como vives tú el resto del mes! Claro, ellas dicen… “al mes quitar una pequeña parte para cuando llegue el año que viene poderme ir a los balnearios, pero si es que tengo muy poco…como voy a poder quitar nada… cuando venga el recibo de la luz…”. Ee13♀
En esta línea, los estudios existentes hasta la fecha en el contexto español (Ayala y Ruiz-Huerta, 2015Ref4; 2018Ref5; Ruíz-Huerta et al., 2013Ref31) y europeo (Alvaredo et al., 2018)Ref1 sitúan el envejecimiento, a pesar de las diferentes políticas públicas que se han implementado, como uno de los factores determinantes de desigualdad en las sociedades avanzadas.
Estos datos evidencian el fracaso del modelo de inclusión de las políticas públicas y sus servicios de atención que objetiva a las personas mayores como “dianas poblacionales de las intervenciones sociales o contextos agenciales de las políticas” (Martínez-Magdalena y Benítez-Burgos, 2017: 278)Ref20, obviando su capacidad como sujetos de participar proactivamente de la vida comunitaria y de los procesos de toma de decisiones de los asuntos que les atañen.
Si bien existen alternativas gratuitas de participación social, los discursos reflejan un acceso desigual a las mismas motivado por factores propulsores de desigualdad como la zona de residencia (rural o urbana) u otros factores contextuales.
Diría que en estas nuevas formas de participación social se llevan a cabo más en las ciudades. Pero en las zonas rurales, en el este de Alemania, sí que puedes encontrar mayores niveles de aislamiento social, hay todavía dos “Alemanias”, en ese sentido. Ae8♀
Nos encontramos, en definitiva, con situaciones de precariedad y pobreza económica en un porcentaje significativo de personas adultas mayores, así como con realidades en las que la inquietud económica se pone de manifiesto entre aquellos/as adultos/as mayores que, sin estar incluidos en los estándares oficiales de pobreza, muestran preocupación por su solvencia económica y capacidad de enfrentar situaciones imprevistas.
Esta percepción subjetiva coincide con los datos oficiales y objetivables recopilados por EurostatRef11, que sitúan la tasa de riesgo de pobrezaNota2 de las personas de 65 años y más en 2017 en la Unión Europea (UE) se estimó en un 18,2%, habiendo descendido un punto porcentual desde 2010. En la mayoría de los 28 Estados miembros de la UE para los que se dispone de datos de 2017, la proporción de personas jubiladas en riesgo de pobreza se sitúa entre el 11% y el 25%. Otro dato significativo es que, según Eurostat (2020)Ref12, en 2017, el 10,1% de la población mayor de 65 años de la UE-28 presenta dificultades para afrontar los gastos fijos de la vivienda (hipoteca, suministros, etc.), suponiendo los mismos más del 40% de los ingresos disponibles de la persona.
Si centramos la atención en el contexto de estudio, la Zona Euro (19 países), los pensionistas presentan una tasa de riesgo de pobreza media del 13,1 %, porcentaje mayor que la tasa de riesgo de pobreza los jubilados en España (12,7%), pero inferior a la de Alemania (17,5%). En cuanto a la evolución en el tiempo, mientras España ha experimentado un descenso de la tasa de pobreza en el grupo de edad de mayores de 65 años, de más de 8 puntos porcentuales desde 2009, la tendencia en la UE 19 y en Alemania es al alza, aumentando los mayores alemanes el riesgo de pobreza o exclusión social en casi dos puntos porcentuales desde 2009, situándose por encima de España con una tasa del 17,7 % (Gráfico 1).

Se produce, en definitiva, una desigualdad creciente en la realidad socioeconómica de los/as adultos mayores, que algunos/as participantes apuntan seguirá acentuándose en las décadas venideras.
Pero estamos hablando que, en lo mejor de las mejoras, vamos a calcular que le han quedado 1.200 euros de pensión. Y estamos hablando de que hay otras que, vamos a ponerlo en 500 o 600 euros. Yo veo que esta diferencia ahora mismo, que parece abismal, cuando llegue nuestra edad va a ser más diferente. Ee55♂
Cabe destacar, así mismo, que este escenario de inseguridad se ve agravado por el denominado prejuicio de clase, que hace que una buena parte de las personas adultas mayores que se encuentra en situaciones precarias se resista a pedir ayuda por la falta de costumbre o los prejuicios asociados hacia este tipo de solicitudes de apoyo, que abarcan tanto el plano formal como el informal (Cuadro 2).
Otra cosa que hemos visto es que las personas mayores no están acostumbradas a pedir ayuda. (…) y como que le da un poco como de cosita… como de vergüenza. Ee15♀
Muchas veces tienen un montón de vergüenza o culpa de tener menos dinero que los otros. Ae9♀
Debería ser más fácil decir “necesito ayuda”, pedir ayuda, y tener mejor vecindad, unas mejores relaciones en el vecindario para que no fuera una molestia tener que pedirle a un vecino ayuda. Debería ser más fácil cuidar a todo el mundo, es decir, las personas mayores tienen un problema para cuidarse por sí mismas ¿no?, parece que la gente mayor piensa que es un riesgo para ellos pedir ayuda, que es hacer ver que no se pueden valer por sí mismos, porque todos quieren decidir por sí mismos y piensan que si piden ayuda otros van a decidir por ellos, pero no debe ser un problema decir “necesito ayuda” e incluso para muchas personas mayores es difícil aceptar la ayuda, es como reconocer algo… como que ya no puedes valerte por ti misma. Creen que en el momento que piden ayuda va a llegar una institución a su casa y le van a decir cómo deben ellos vivir. Ae17♀
Este fenómeno acontece, además, en un escenario internacional en el que se implantan fórmulas liberales de hacer frente a los problemas sociales, extendiéndose una visión que absolutiza la responsabilidad de cada individuo sobre su destino, con evidentes consecuencias y una previsión de que la notoriedad de las mismas sea aún mayor en un futuro próximo (Sotomayor et al., 2017)Ref38. En este sentido, cabe destacar que, si bien el problema de la pobreza entre los adultos mayores es puesto de manifiesto tanto por los/as participantes alemanes como por los españoles, en el posicionamiento respecto a la búsqueda de soluciones al mismo, refleja diferencias entre las zonas objeto de estudio. Así, mientras que un importante número de participantes alemanes abogan por el fomento de los sistemas privados de pensiones, los españoles apuntan a la necesidad de replantear y restructurar de los sistemas de protección a partir de la reformulación de las legislaciones laborales y los sistemas impositivos con una tendencia más progresiva.

3.2. La soledad en la vejez: ¿una cuestión cultural?
Del análisis de los problemas psicosociales de las personas mayores hemos detectado, en línea con estudios previos (Del Barrio et al., 2010Ref9; López-Doblas y Díaz-Conde, 2018Ref19; Molina y Meléndez, 2007Ref22) que el más señalado en el discurso de los/as participantes, tanto alemanes como españoles, es el de la soledad en la vejez (Cuadro 3). Este fenómeno no es percibido como algo exclusivo de estas dos sociedades, sino como una problemática de carácter global que afecta a las sociedades europeas.
Ahí tienes en Londres lo que han liado, que es que se enteran de que se muere la gente por el olor. ¡Eso es horroroso! Ee52♀
Desde nuestra perspectiva, la soledad de los mayores es la mayor consecuencia del cambio producido en los modelos de familia y las unidades de convivencia de las sociedades posindustriales. Los hogares unipersonales aumentan entre la población mayor; los problemas funcionales dificultan su movilidad y les confieren en el interior de sus hogares; las estructuras públicas tampoco cumplen los criterios de accesibilidad que requieren; y los nuevos estilos de vida de los jóvenes dificultan el contacto intergeneracional (Amezcua-Aguilar y Alberich-Nistal, 2017Ref2; López-Doblas y Díaz-Conde, 2018Ref19). Esta es una problemática que se viene señalando desde hace años, por diferentes autores, pero, como señala Rubio (2001)Ref30, no es lo mismo estar sólo que sentirse sólo, por lo que la identificación como problema de la soledad de los mayores, ha de ser analizada. En este sentido, las profesionales españolas señalan que su
principal objetivo es reducir el sentimiento de soledad de las personas mayores. Pero es difícil, hay muchos factores que condicionan. Ee15♀
Mientras la sociedad se adapta a las nuevas realidades sociales, las personas mayores sufren de soledad al no haberse definido aún una nueva forma de vida que se adapte a sus condiciones vitales y sus expectativas. El discurso emergente por parte de los expertos es que la soledad de los mayores es consecuencia del aislamiento que sufren al verse enclaustrados en sus casas sin relación con otras personas que muestren interés por ellas.

Por un lado, como señalamos más arriba, el incremento del número de personas mayores que viven solas es percibido como uno de los principales problemas sociales. El confinamiento de personas con disminución de sus capacidades funcionales en hogares unipersonales limita sus opciones de desarrollar una vida activa y de establecer relaciones sociales, provocando su aislamiento.
Creo que el principal problema de las personas mayores en nuestra sociedad es que mucha gente vive sola. Por ejemplo, si la persona no puede moverse, no puede salir de casa, así que se pasa el día sola. Ae17♀
Te dicen: “a partir de jubilarme, ya se murió mi marido y me he encontrado que me he recluido en la casa y ya no tengo otra salida”. Ee52♀
Pero el discurso subyacente está realmente apuntando a que la problemática de fondo es la falta de comunicación con otras personas, la carencia de relaciones interpersonales y emocionales satisfactorias.
Frecuentemente la gente mayor está muy sola y se sientan de lunes por la mañana a domingo por la noche solos, en su casa, y nadie viene, nadie los llama, nadie habla con ellos. Ae19♀
Si no puede moverse, igual, se pasan todo el día solas. No pueden comunicarse con otras personas porque oyen mal… eso es un gran problema. Ae17♀
De acuerdo con esta apreciación, la siguiente cita, expresada por una participante del grupo focal realizado en Esslingen de origen filipino residente en Alemania desde hace 39 años, argumenta que la soledad de las personas mayores tiene más que ver con la cultura del contexto que con el hecho de ser mayor. En base a ello establece una comparación entre sus países de origen y residencia, concluyendo que la soledad en la vejez en Alemania está más relacionada con la forma de establecer relaciones interpersonales en la cultura occidental que como resultado directo del envejecimiento.
Sí de eso es lo que hablo con otra cultura, yo veo otra diferencia. Antes dijeron: “la diferencia entre estar solo o simplemente la falta de comunicación con la gente”. La gente sale a la calle y dice: “Hola”. Y ya no hablan más. Nosotros en Asia, se sale a la calle y enseguida se entabla una conversación. La comunicación está allí. Y por eso es que esta soledad aquí es peligrosa. Am42♀
Evidencia este testimonio la percepción de que de los sistemas de relaciones interpersonales de la cultura occidental pueden ser perjudiciales, “peligrosos”. El estrés, el ritmo de vida frenético y la falta de interés por el otro, son identificados como factores directos de este tipo de relaciones y causantes indirectos de las situaciones de soledad. De hecho, como se puedo comprobar en las líneas siguientes, los juzga responsables de algunos de los problemas psicosociales de los mayores como la depresión y el aislamiento.
El aislamiento es muy fuerte y luego la enfermedad y la depresión, aquí hay mucho de eso. Eso es una cuestión de la mentalidad, aquí es la mentalidad muy diferente, pero las personas aquí no se quieren comunicar o porque no tienen ganas. Ellos sólo quieren estar en paz, quizás por el estrés también. Am42♀
Como hemos defendido en trabajos previos, la satisfacción de los procesos de interacción social “es un requisito indispensable para realizar un proceso vital normalizado” (Amezcua y Amezcua, 2018: 24)Ref3, por lo que carecer de oportunidades de comunicación provoca sentimientos de soledad, que son claramente identificados por las propias personas mayores en sus interacciones.
Yo, por ejemplo, la señora que tengo asignada tiene 94 años, y yo me siento a su lado, y esta señora ¡me cuenta la misma historia 40 veces! Pero yo la estoy escuchando como si no la hubiese contado nunca. Y cuando se queja un poquito, porque claro, se encuentra sola, ella necesita hablar con alguien, contarle. Em34♀
A la misma conclusión llega Sánchez (2009)Ref34, entre cuyos hallazgos se encuentra una alta tasa de soledad en la población mayor, con mayor prevalencia en personas de la cuarta edad, sin pareja, en hogares unipersonales, con afectación de la salud, que no participan socialmente ni reciben servicios de centros sociales.
En ese mismo orden de ideas, debemos señalar, siguiendo a Vivaldi y Barra, que efectivamente, “el bienestar se encuentra influido por diferentes características sociodemográficas como edad, género y estado civil. Pero también lo está por la evaluación subjetiva que realiza el individuo de sus recursos, entre los cuales se encuentra el apoyo social percibido” (2012: 24)Ref41. Por tanto, el sentir que no se dispone de un soporte social, puede incidir negativamente en el bienestar de los mayores. En consecuencia, las personas mayores buscan la satisfacción de sus necesidades comunicativas y de interacción social allí donde puedan encontrarla, por inaudita que pueda parecer la circunstancia.
Están deseando que amanezca por si tienen que ir a tomarse la tensión. Es una barbaridad, ocupar un sitio de otras personas que están ciertamente mal, para ellas poder hablar, ir a tomarse la tensión: “¡ya me toca mañana tomármela!”. Y luego, pues bueno: “espera un momento que me voy a tomar un vaso de leche, ¿me puede esperar y hablamos?”. Ee52♀
Con respecto al discurso de la soledad de las personas mayores queremos resaltar que, aun siendo unánime al referirse a este fenómeno como un problema social en auge, existen matices en cuanto a la atribución de responsabilidades de este. Las dos tendencias se sitúan en función del tipo de modelo de Estado de bienestar de referencia. Así, en el discurso español, en cuyo modelo de bienestar la familia es adjudicataria de las responsabilidades de las tareas de atención y cuidados, es esta unidad social la señalada como la culpable de las situaciones de soledad y aislamiento. El discurso de las personas mayores acusa a la familia, de forma directa unas veces o velada e indirecta en otras, principalmente a los hijos e hijas. Se entrevé la percepción de una dejación de sus funciones de apoyo en el ámbito de la reciprocidad familiar.
Porque siguen pensado: yo cuidé de mi madre, ¿por qué a mí no? No llegan a decirte ¿por qué mi hijo no me está cuidando?, pero dicen: es que yo tengo hijos, es que yo cuidé de mi madre. Ee22♀
Tiene un hijo, pero… ¿qué pasa? ¡Como si no tuviese nada! Em34♀
Tiene otro hijo, el hijo no se la ha llevado ningún día. Están jubilados y no van ni un día a verla. Em36♂
Yo te lo voy a explicar desde mi punto de vista. Yo he cuidado a mis dos hijos, y ha llegado la etapa de casarse, de formar su familia, de formar su casa.... y luego te queda ese vacío... Y en el caso de que no tengas marido, pues es aún mayor esa necesidad, esa falta de cariño que necesitan los mayores, y esa falta de estar un poco pendientes de ellos. Em23♀
No obstante, también hay voces entre los mayores que señalan las limitaciones que los cambios en las estructuras sociolaborales han propiciado, dificultan a sus familias cumplir con ese rol de apoyo social.
Pero si ya no es que sea el hijo malo ni bueno... ¡es que están trabajando! Que, a mí, para que me diga mi hija que me vaya a su casa y ella se va a las 8 de la mañana a trabajar... ¿Yo para qué quiero irme a su casa? ¡Para quedarme sólo, me quedo en mi casa! Em38♂
Finalmente, y en consonancia con estudios previos sobre la capacidad de cobertura de los recursos gerontológicos de los sistemas públicos europeos (Sicsic et al., 2020)Ref37, el discurso de las expertas españolas, sin dejar de señalar la responsabilidad de la familia en las situaciones de soledad de las personas mayores, apuntan también a la escasez de recursos públicos previstos para afrontar dicha problemática.
Sus hijos de vez en cuando se pasan, pero no lo suficiente porque el día tiene 24h, y entre familiares y auxiliares, pues a lo mejor les cubren 4 o 5, pero hay 24. Entonces sufren de eso. Ee53♀
En cuanto a la situación de soledad de los mayores en Alemania, en su discurso no se acusa a ningún actor específico de ser responsable directamente de este hecho, sino que, en la línea anterior, se considera un fenómeno resultante de la nueva realidad social. El discurso alemán alude a que esta situación es un hecho objetivo y que tiende a progresar en generaciones futuras, por lo que se deben buscar respuestas prácticas para afrontarlo. Las soluciones según este discurso deben ser tomadas por parte de los diferentes actores sociales, ya sea incentivando a las propias personas mayores a comprometerse con la comunidad; buscando más implicación por parte de ésta a la hora de crear recursos y servicios para mayores; o haciendo uso de los recursos públicos y privados ya existentes.
Y es un gran problema si eres mayor y estás solo. Frecuentemente esto significa irse a vivir a una residencia. Ae17♀
Con las personas mayores de mi entorno, si tengo que salir fuera les fuerzo un poco a hacer algo, les digo: “ven conmigo o quédate cuidando de los niños”, ellos tienen que ser forzados a hacer cosas, y entonces se sienten cada vez mejor, pero si no los fuerzas en salir fuera, si no los fuerzas a pensar cosas nuevas, entonces ellos te dicen: “no, no, eso no me interesa, no, no, yo prefiero quedarme en casa, no, no, no” y entonces van cada vez más para abajo y creo que eso es un gran problema en nuestra sociedad. Ae19♀
3.3. El trabajo como medio de autorrealización central: la jubilación como ruptura con el estilo de vida y las redes sociales
La importancia del trabajo en las sociedades capitalistas ha sido estudiada profusamente (Giddens, 1994Ref15; Noguera, 2002Ref26; Offe, 1985Ref27; Phillipson, 1982Ref28; Schumpeter, 2010Ref35; Sennett, 1998Ref36; Thompson y Fontana, 1979Ref40). Este sistema económico ha logrado posicionar al trabajo en el eje vertebrador la vida de las personas. Como señalaba Anthonny Giddens, el trabajo se ha convertido en el medio de autorrealización del individuo, de manera que se convierte en el centro de su vida.
Marx alude a Adam Smith calificándolo de “Lutero de la economía política”, porque él, y después de él los demás economistas, han situado correctamente en el trabajo la fuente de la autocreación del hombre (Giddens, 1994: 81)Ref15.
A pesar de las tesis sobre la pérdida de centralidad del trabajo, cuya pertinencia o no pueden ser discutidas, el trabajo para la generación actual de personas mayores ha sido su eje fundamental. De acuerdo con esta idea, cuando llega el momento de la jubilación se produce un cambio radical en el estilo de vida que puede ser difícil de asimilar para algunas personas.
Por ejemplo, un antiguo cargo de esta oficina, que se jubiló hace unos años y está siempre buscando un nuevo trabajo porque no puede vivir sin trabajar (risas). Es adicto al trabajo. Ae20♂
El problema está, como señala el siguiente experto alemán que muchas personas quedan desorientadas tras la jubilaciónNota3. El tiempo dedicado, la red laboral, la identificación como trabajador, las rutinas, los logros, e incluso los fracasos, forman parte de la experiencia vital de la persona trabajadora. Todo eso queda atrás con el retiro laboral. En este sentido, el discurso señala que la centralidad del trabajo en la vida de las personas provoca que al llegar la jubilación se pueda sentir un desconcierto sobre qué hacer con el tiempo libre que se tiene por delante, y más aún cuando las proyecciones apuntan a que éste será un largo periodo.
Mucha gente no sabe.... ¿qué haces durante 40 años cuando tienes en tu mente que el trabajo es la cosa más importante en tu vida? ¡Y tienes por delante 40 años sin trabajar! ¿Qué haces? Mucha gente tiene problemas con esto. Ae7♂
También se apunta que uno de los principales motivos de aislamiento y soledad de los mayores es la ruptura de redes sociales que supone la jubilación (Cuadro 4).
La jubilación es una ruptura, porque un montón de conexiones son relaciones laborales que desaparecen para siempre con la jubilación. Ae21♀
Puede provocar que se queden aisladas, que se queden muy solas, sin estar con gente a diario. Ae20♂
Con respecto a la ruptura de relaciones sociales tras la jubilación, se establece en el discurso una diferenciación sobre sus implicaciones entre hombres y mujeres. Así, se manifiesta que la pérdida de vínculos sociales es más acusada en hombres que en mujeres, intuyéndose que las últimas gozan de una red social más amplia fuera del ámbito laboral.
Si no tienes una familia quizás tienes redes sociales, especialmente las mujeres, porque sabes que las mujeres viven unos 10 años más que los hombres, y los hombres la mayoría viven con sus mujeres y se apoyan entre ellos. Ae7♂
A propósito de los vínculos familiares mencionados en la cita anterior, éstos suponen un gran apoyo social tras la jubilación. Así, es frecuente que las personas jubiladas vuelquen su atención en la familia como espacio donde ocupar el tiempo y sentirse útiles.
Es un tema psicológico, porque no tienes un trabajo en tu vida, especialmente los hombres, y quizás te sientas inútil, menos útil cuando te retiras. Ae7♂
En el caso de las mujeres españolas mayores que trabajan dentro de su propio ámbito doméstico, el discurso sitúa el momento de la jubilación en la emancipación de los hijos, provocando las mismas percepciones de pérdida de sentido y de relaciones sociales que conducen a la soledad.
Yo te lo voy a explicar desde mi punto de vista. Yo he cuidado a mis dos hijos, y ha llegado la etapa de casarse, de formar su familia, de formar su casa.... y luego te queda ese vacío... Y en el caso de que no tengas marido, pues es aún mayor esa necesidad, esa falta de cariño que necesitan los mayores, y esa falta de estar un poco pendientes de ellos. Em23♀
Se observan, por tanto, diferencias de género en la pérdida de estatus y el declive de la autorrealización de los/as adultos/as mayores: mientras que para los hombres está más vinculado al deseo de sentirse productivo socialmente, en las mujeres está más vinculado a la necesidad de cuidar y de dar respuesta las necesidades familiares a través de un rol activo en la dinámica familiar.

4. Conclusiones y discusión
Encontramos tres motivos centrales de preocupación e inquietud en los/as adultos/as mayores de las zonas analizadas. De un lado, 1) la precariedad económica percibida en un porcentaje significativo de hogares, llegando a darse situaciones de pobreza objetivas y medibles en muchos de ellos. A colación del ámbito económico, los resultados muestran una gran preocupación por el sostenimiento de los sistemas de pensiones en ambos contextos, percibiéndose un progresivo aumento del fenómeno de la pobreza en la vejez, proyectándose éste como la gran amenaza para las personas mayores en las sociedades posindustriales.
En un modelo de Estado de bienestar, la modificación del modelo de relaciones exige el replanteamiento de la previsión de recursos y servicios de asistencia, tanto públicos como privados, de forma que puedan cubrir las necesidades que desde esta nueva perspectiva social e ideológica se plantean. A este respecto existen dos posiciones bien distintas, una propuesta mayoritariamente apoyada desde el discurso alemán, que defiende el fomento de los sistemas privados de pensiones; y la propuesta española que aboga por la restructuración de los sistemas de protección a partir de la reformulación de las legislaciones laborales y los sistemas impositivos con una tendencia más progresiva.
Además, 2) el sentimiento de soledad, aislamiento, falta de comunicación y carencia de relaciones sociales emocionalmente satisfactorias. En este aspecto, también encontramos diferencias entre los contextos analizados debido a los distintos modelos de provisión de bienestar y cuidados dominantes, así como a las diferencias culturales prevalecientes. Con respecto a la edad, las personas de edad más avanzada y quienes presentan limitaciones funcionales que conllevan dependencia en algún ámbito son las más susceptibles de sufrir aislamiento social. La soledad de los mayores dependientes es señalada como el principal problema social en la vejez, definiéndose como alarmante en ambos contextos de estudio.
Por último, 3) la pérdida de identidad, estatus y redes sociales propias, encontrándose aquí diferencias importantes entre hombres y mujeres debido a los roles atribuidos socialmente. Esto es que mientras las mujeres ponen el foco en la posibilidad de proporcionar apoyo familiar y mantener un rol familiar central, los hombres priorizan en el ámbito productivo y en el mantenimiento de las redes sociales vinculados al mismo.

Entre los principales hallazgos del presente estudio, destaca la retroalimentación de los problemas identificados y autopercibidos por las personas adultas mayores, que entretejen una red más compleja y van impactando en otras esferas vitales de este grupo poblacional (Cuadro 5). Ejemplo de ello son las situaciones de precariedad económica y pobreza en la vejez, que a su vez determinan la participación social de este grupo poblacional, incrementando la polarización y desigualdad social interclases. Dicha ausencia de participación social genera, a su vez, ruptura de las redes sociales, dando lugar a situaciones de aislamiento y soledad. Nos encontramos, en definitiva, con que las tres problemáticas centrales identificadas se hallan conectadas entre sí, con relaciones causa-efecto complejas y susceptibles de un análisis más profundo.
En definitiva y como conclusión, preocupa −y debería preocupar aún más− que el aumento de esperanza de vida no se vea acompañado de una mejora autopercibida del bienestar por parte de los mayores (Moscoso et al., 2013)Ref23, siendo necesario emprender estudios al respecto y desarrollar políticas aplicadas a los resultados hallados en los mismos.
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Notas
1) Nota: En color amarillo aparece la categoría “Pobreza en la vejez”; en verde la categoría “Soledad”; en azul las “implicaciones de la jubilación”; en turquesa, las “propuestas de solución” y en rosa las “diferencias de género”.
2) Tasa de riesgo de pobreza: punto de corte: 60% del ingreso medio equivalente después de las transferencias sociales.
3) Definimos el concepto jubilación para este trabajo como la finalización de actividades socioeconómicas remuneradas o no, que suponen la realización de una serie de tareas de forma continuada en el tiempo cuya finalidad última no es el ocio o el disfrute personal. Con esta definición propia queremos significar el momento en el que se produce la ruptura de la continuidad en el ejercicio del conjunto de actividades realizadas por hombres y mujeres mayores para su reproducción social y económica.
Breve curriculum de los autores
Amezcua, Teresa
Teresa Amezcua es Trabajadora Social. Másteres en Dependencia y en Gerontología. Doctora en Cuidados Integrales y Servicios Sociales por la Universidad de Jaén. En la actualidad. Personal Docente e Investigador del Área de Trabajo Social de la Universidad de Jaén. Intereses de investigación: envejecimiento activo, la diversidad funcional, los procesos de inclusión/exclusión social y la participación social desde una perspectiva comparada.
García-Domingo, Marta
Marta García-Domingo es Trabajadora Social. Máster en Dependencia e Igualdad y Máster en Accesibilidad Universal y Diseño para todos. Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Jaén. Personal Docente e Investigador del Área de Trabajo Social de la Universidad de Jaén. Intereses de investigación: la inclusión/exclusión social de colectivos especialmente vulnerables y el análisis de políticas públicas desde una perspectiva comparada internacional.