América Latina en la prensa escrita española: un análisis geopolítico de las Cumbres Iberoamericanas celebradas en España

Latin America in Spanish press: A geopolitical analysis about Ibero-America Summits held in Spain

Gálvez Caja, Asunción
https://orcid.org/0000-0002-2444-9377
Universidad Internacional de La Rioja, España

García de las Heras González, Mariano
https://orcid.org/0000-0001-5978-2156
Universidad Complutense de Madrid, España

Año | Year: 2021

Volumen | Volume: 9

Número | Issue: 1

DOI: http://dx.doi.org/10.17502/mrcs.v9i1.440

Recibido | Received: 1-2-2021

Aceptado | Accepted: 25-3-2021

Primera página | First page: 77

Última página | Last page: 92

Los medios de comunicación son una fuente privilegiada en el estudio de los discursos geopolíticos populares. El objeto de investigación de este trabajo reside en analizar los contenidos de tres periódicos españoles (ABC, El País y La Vanguardia) en su cobertura mediática de las Cumbres Iberoamericanas celebradas en España (1992, 2005 y 2012). El principal objetivo consiste en destacar la construcción de imágenes y representaciones narrativas relativas a las relaciones entre España y el conjunto de los países latinoamericanos a través del escrutinio de sus páginas. Los enfoques críticos de la disciplina geopolítica y las metodologías dedicadas al enmarcado en la comunicación política constituyen la arquitectura teórica del trabajo. La investigación desvela las conexiones existentes entre las diferentes escalas geográficas (estatal, regional y global) operativas en la dinámica del escenario internacional y, en paralelo, el papel de los medios de comunicación para fortalecer o desplazar debates políticos en la esfera pública.

Palabras clave: análisis de contenido, Cumbres Iberoamericanas, geopolítica popular, medios de comunicación, política exterior española,

The media are a privileged source in the study of popular geopolitical discourses. The research object of this paper is to analyze the contents of three Spanish newspapers (ABC, El País and La Vanguardia) in their media coverage of the Ibero-American Summits held in Spain (1992, 2005 and 2012). Indeed, the main objective is to highlight the construction of images and narrative representations related to the relations between Spain and Latin American countries through the scrutiny of its pages. The critical approaches of the geopolitical discipline and the methodologies dedicated to framing in political communication constitute the framework. The research proves the interactions between the different geographical scales (state, regional and global) which intefere in the dynamics of the international scene and, simultaneously, the role of the media to strengthen or displace political discussions in the public sphere.

Key words: content analysis, Ibero-American Summits, popular geopolitics, mass media, spanish foreign policy,

Gálvez, A. y García de las Heras, M. (2021): “América Latina en la prensa escrita española: un análisis geopolítico de las Cumbres Iberoamericanas celebradas en España”, methaodos. revista de ciencias sociales, 9 (1): 77-92. http://dx.doi.org/10.17502/mrcs.v9i1.440

1. Introducción

Las relaciones entre España y América Latina mantienen una impronta singular marcada por unas señas de identidad que introducen diferencias manifiestas con respecto al resto de las proyecciones exteriores. Los lazos históricos proporcionan una primera fuente de reflexión sobre estas particulares reciprocidades en el terreno de las relaciones internacionales que descansan, a pesar de las oscilaciones políticas y las contradicciones existentes registradas a lo largo de la época contemporánea, sobre un conjunto de representaciones sociales edificadas en torno a unos patrones culturales compartidos y constantemente reformulados en el curso de la historia. Un ejemplo de ello es el desarrollo de unos cauces de cooperación que adquieren su máxima expresión institucional en la celebración de las Cumbres Iberoamericanas.

La ruptura de los nexos políticos entre la monarquía española y las colonias americanas registrada en el primer tercio del siglo XIX no significan la eliminación de las relaciones entre ambas entidades. Sin embargo, los procesos de emancipación latinoamericanos no disipan la existencia de una identidad cultural colectiva que mantiene en contacto las dos orillas del Atlántico. Al margen de las contingencias históricas y los avatares políticos, la conexión de Madrid con América Latina es una fuente constante de relaciones nutridas desde diferentes ámbitos (literario, comercial, migratorio, educativo, institucional, etc.) y esta sintonía constituye en la perspectiva española la noción de “iberoamericanidad” (Arenal, 2011: 12)Ref3, que confiere un impulso distintivo a las relaciones entre España e Iberoamérica.

El texto busca examinar las singularidades de estas relaciones entre España y América Latina a través de las Cumbres Iberoamericanas celebradas en territorio español: Madrid (1992), Salamanca (2005) y Cádiz (2012). El estudio descansa en el análisis del contenido ofrecido por la cobertura mediática realizada por tres periódicos españoles (ABC, El País y La Vanguardia) de los eventos citados con la intención de desentrañar los intereses marcados en la agenda de la política exterior de España y, por tanto, la instrumentalización del foro multilateral que representan las Cumbres para su acción exterior en el espacio latinoamericano.

El soporte teórico de este trabajo reside en el diálogo entre la Geografía Política y la Comunicación Política. Ambas disciplinas están articuladas a través de un doble enfoque: por un lado, la corriente crítica de la geopolítica expresada en la vertiente discursiva de los razonamientos geopolíticos populares; y, por otro lado, en la técnica de enmarcado procedente de los análisis de contenido.

El texto presenta, así mismo, una breve presentación de carácter descriptivo sobre las Cumbres Iberoamericanas. Este epígrafe busca transmitir mínimamente las metas marcadas por este foro político que reúne periódicamente a los poderes ejecutivos latinoamericanos con los representantes de España y Portugal. En nuestro recorrido, el análisis está precedido de unas pautas metodológicas que explican los criterios seleccionados para desarrollar el análisis de las citas iberoamericanas y sus conexiones con la política exterior española.

2. Marco teórico: geopolítica crítica y framing

El análisis geopolítico está enmarcado, desde sus orígenes, en la disciplina científica de la Geografía Política y su nacimiento académico remite al último tercio del siglo XIX. El contenido geográfico mantiene su predominio teórico y metodológico hasta la II Guerra Mundial, mientras que las nociones geopolíticas experimentan un profundo declive en las discusiones intelectuales posteriores al conflicto como consecuencia de las atribuciones del modelo elaborado por Karl Haushofer y su influencia en la política exterior del III Reich alemán.

El decenio de 1970 es testigo del renacimiento de la geopolítica y, a diferencia de las etapas iniciales, las cuestiones políticas adquieren un mayor protagonismo. Las agendas investigadoras sufren una profunda renovación estimulada por la proliferación de nuevas corrientes epistemológicas, que confluyen en los estudios geopolíticos para introducir nuevos objetos de análisis y cuestionar ideas conceptuales asentadas en los trabajos tradicionales. En efecto, la disciplina geopolítica está dominada por la convivencia de dos enfoques desde el último tercio del siglo XX: las investigaciones clásicas ancladas en la llamada “política del poder” (Dalby, 1990)Ref9 y la tendencia rupturista provocada por la emergencia de una serie de ópticas heterogéneas capaces de edificar una mirada crítica.

El resurgimiento de los estudios geopolíticos no equivale a una quiebra radical con los planteamientos clásicos. Los enfoques críticos mantienen una línea continuista a través del reconocimiento teórico de la literatura tradicional con el afán de mostrar sus limitaciones explicativas y completar sus carencias científicas. Los impulsores de estas corrientes críticas interpretan la geopolítica como una práctica social, cultural y política distanciada de las lecturas aparentemente objetivas y naturalizadas sobre el funcionamiento del sistema-mundo.

La geopolítica es un fenómeno cultural que desborda la imagen tradicional dominada por la idea elitista del arte de gobernar. Esta concepción admite las prácticas espaciales de la vida pública, tanto materiales como simbólicas, para examinar el conjunto de las acciones reunidas en la esfera de la política exterior. En consecuencia, el enfoque crítico transmite el acervo cultural específico de los actores estatales con la intención de contrastar y someter a estudio la imaginación geográfica producida por los Estados mediante la construcción de mitos fundacionales o tradiciones populares excluyentes. La instrumentalización del conocimiento histórico o las representaciones cartográficas son algunos ejemplos ilustrativos de estas prácticas destinadas a fortalecer una socialización espacial determinada por “las constelaciones cambiantes e históricamente contingentes del espacio y el poder” (Paasi, 2009: XX)Ref38.

La geopolítica crítica defiende la pluralidad de unas coordenadas geográficas y la existencia de múltiples construcciones políticas basadas en el trazado de dicotomías: dentro/fuera, interior/exterior, nosotros/ellos. Estos ejercicios buscan establecer unas identidades y proporcionan un argumento sustantivo en los estudios críticos, que prestan una especial atención a las producciones materiales y a las representaciones simbólicas implicadas en los procesos que definen la rutina política.

La Geografía Política convencional estima que el dibujo de unos límites fronterizos señala la divergencia entre una esfera doméstica segura y un espacio externo amenazante. La configuración de una política exterior demanda la creación de una alteridad porque representa una singularidad a partir del establecimiento de unas fronteras de actuación. En su construcción intervienen unas prácticas discursivas que alimentan la identificación de afinidades y una prueba de ello es la evocación de intereses nacionales. Las subjetividades, los estereotipos, las amenazas o las creencias tienen un sustrato geográfico impreso en los paisajes políticos que despiertan el interés de las corrientes críticas en los estudios geopolíticos. Por consiguiente, sus objetos de investigación desbordan necesariamente las líneas trazadas sobre un mapa porque sus efectos implican un conjunto de elementos conceptuales con numerosas aristas: cartográficas, sociales, estéticas, reales o figuradas.

La geopolítica crítica cuestiona los estudios tradicionales, que describen el curso de la política mundial como un fenómeno inteligible exento de interpretaciones. En respuesta a estas premisas, los enfoques críticos insisten en la contingencia situada y contextual para satisfacer teóricamente las múltiples circunstancias que envuelven la territorialidad en sus diferentes escalas geográficas. Una de las principales contribuciones de este tipo de estudios consiste en las relaciones que conectan las dinámicas locales y regionales con las interacciones inscritas en el sistema global.

Las vertientes críticas añaden la historicidad específica subyacente en la elaboración de narrativas y discursos geopolíticos. Su construcción epistémica remite a un esquema triangular compuesto de ideologías, instituciones y círculos intelectuales (Ó’Tuathail y Dalby 1998: 8)Ref37. La expresión de esta trilogía mantiene una correspondencia directa con las fuentes que inspiran la producción de los razonamientos geopolíticos populares, prácticos y formales, respectivamente.

Las manifestaciones culturales han despertado un creciente interés en las investigaciones sociales y la Geografía Política no ha permanecido ajena a estas tendencias. En este caso concreto, los estudios recientes muestran una atención progresiva hacia la carga política de los medios de comunicación en la construcción de discursos geopolíticos (Ó’Tuathail, 1996)Ref36. La televisión (Debrix, 2003Ref10, 2007Ref11), la radio (Pinkerton y Dodds, 2009)Ref39 o los periódicos (Falah et al., 2006)Ref19 constituyen unas fuentes primarias que permiten examinar la configuración de culturas geopolíticas a través de medios de comunicación tradicionales. La exploración de estos dispositivos está acompañada por la creciente publicación de trabajos dedicados a otros soportes mediáticos, como Internet (Dodds, 2006)Ref15, el cine (Shapiro, 2008)Ref44 o el universo del cómic (Dittmer, 2005)Ref13, que permiten añadir nuevas vetas de investigación y enriquecer la disciplina académica a través de la incorporación de nuevas perspectivas.

Un denominador común de la geopolítica crítica recae en la problematización de las concepciones estatistas del poder y que constituyen, en palabras de Agnew (1994)Ref2, «una trampa territorial» muy frecuente en las ciencias sociales. El análisis presentado en este trabajo subraya la producción de discursos populares geopolíticos emitidos por diversas agencias de comunicación que albergan una serie de intereses que desbordan la territorialidad estatal y muestran la complejidad espacial del poder (Sparke, 2005)Ref46.

El objetivo específico no consiste en desacreditar las potencialidades de las unidades estatales en las dinámicas geopolíticas, sino que desplaza el foco de atención hacia otros agentes que operan en la constante reconfiguración del sistema-mundo. En este caso, las percepciones españolas sobre América Latina a través del análisis de la cobertura mediática realizada sobre las Cumbres Iberoamericanas celebradas en España. Este planteamiento permite rescatar la atención por las identidades y permite indagar, desde un enfoque crítico, en los procesos que confluyen en la afirmación de los sujetos políticos. En definitiva, los discursos populares geopolíticos apuntalan las entidades estatales porque la política exterior reproduce nociones singulares sobre la seguridad nacional o el interés colectivo.

Las lógicas geopolíticas alimentan las aristas que constituyen las identidades populares e impregnan las numerosas expresiones emanadas del terreno cultural, desde los soportes audiovisuales −cine, fotografía, arquitectura, caricaturas, carteles, etc.− hasta formatos tradicionales, como la literatura o la cartografía (Dijkink, 1996Ref12; Sharp, 2000Ref45). La variedad de este repertorio de fuentes contribuye, e incluso cuestiona, la imaginación geográfica dominante mediante la manifestación simbólica proporcionada por la utilización de diversos recursos literarios, como las metáforas o las alegorías (Dittmer y Dodds, 2008: 443)Ref14.

Los medios de comunicación masivos ejercen un papel fundamental en la reproducción de discursos y códigos geopolíticos que responden a unas recompensas específicas. De hecho, la geopolítica de los denominados mass media es, probablemente, la faceta más atractiva del progresivo interés por el papel desempeñado por la cultura pública en la construcción de los debates sobre la política a escala mundial (Dittmer y Dodds, 2008: 439)Ref14. Esta línea de investigación alude a una elaboración discursiva versátil que maniobra para ofrecer una cobertura mediática sobre las eventualidades imprevistas y un ejemplo muy ilustrativo es la ausencia de unas armas de destrucción masiva que justifican la ocupación de Iraq en el año 2003.

En referencia a la vertiente analítica de los medios de comunicación, el concepto de enmarcado ha adquirido un notable peso en los últimos años dentro de las ciencias sociales. La concepción de estos procesos es visible en las investigaciones lingüísticas dedicadas al análisis discursivo (Tannen, 1993)Ref47 y, en el caso que nos ocupa, al estudio de los medios de comunicación (Scheufele, 1999)Ref43.

Los enfoques basados en esta técnica de investigación contribuyen de una manera sustantiva al examen de la acción colectiva desarrollada por los movimientos sociales. Esta premisa permite la extrapolación del análisis a los medios de comunicación, que contemplamos como agentes sociales portadores de ideas y significados con capacidad de producir y replicar constantemente unas representaciones simbólicas mediante la narratividad de sus contenidos discursivos. En esta dirección, los periódicos tienen la facultad de reproducir relatos dominantes o elaborar razonamientos contrahegemónicos. Estos procesos, que reciben el nombre de enmarcado o framing (Benford y Snow, 2000)Ref8, representan la materia prima de esta investigación.

Iyengar y Kinder (1987)Ref25 destacaron la relación del enmarcado con el establecimiento de agendas. McCombs, Shaw y Weaver (1997)Ref29 sugieren que la idea de encuadre constituye un apéndice de la agenda y este papel secundario revela el relevante impacto de la cobertura mediática a través de la interpretación marcada por los rasgos de las audiencias. Esta afirmación remite a la idea que suscribe la capacidad de los medios de comunicación para producir efectos inmediatos (McQuail, 1994)Ref30. Los llamados mass media muestran un fuerte impacto en la construcción del paisaje social porque enmarcan “unas imágenes de la realidad siguiendo unos patrones predecibles” (McQuail, 1994: 331)Ref30.

El estudio de los medios de comunicación aporta explicaciones a las cambiantes percepciones de las realidades políticas, sociales, económicas o culturales de un modo incesante. Esta idea está reforzada por la aceleración producida por la multiplicación de los canales de comunicación y un ejemplo ilustrativo de ello son los espacios digitales, que permiten actualizar la información de manera instantánea. No obstante, los efectos de estas fuentes de información están limitados por las reciprocidades entre los emisores y sus audiencias porque, en definitiva, “el discurso de los medios es parte del proceso mediante el cual las personas construyen significado” (Gamson y Modigliani, 1989: 2)Ref20.

3. Cumbres Iberoamericanas: presentación descriptiva

El espíritu de las Cumbres Iberoamericanas nació en 1991 para reconocer un espacio común iberoamericano de concentración política y de cooperación (SEGIB.ORG, 2020). Su nombre, de hecho, es Conferencia Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, donde concurren desde 1991 la participación de los Estados soberanos de América y Europa de lengua española y portuguesa. En su Declaración final se recogió el reconocimiento de un espacio común iberoamericano de concertación política y de cooperación que ha ido creciendo año a año. Ese es por tanto su objetivo principal.

Los objetivos generales de todas las cumbres celebradas estuvieron y están respaldas por los objetivos generales de la Secretaría General Iberoamericana, que tal como indica su propia página web “Es una institución construida en torno a los valores que unen a los países de la región y que han sido clave para el entendimiento en Iberoamérica”. Los objetivos principales de la Secretaría son cuatro: 1º: Fortalecer la Comunidad Iberoamericana y asegurar su proyección internacional. 2º: Promover los vínculos históricos, culturales, sociales y económicos entre los países iberoamericanos. 3º: Apoyar a la preparación de estas Cumbres Iberoamericanas y dar cumplimiento a sus mandatos. 4º: Implementar y fortalecer la cooperación sur-sur en la región, en las áreas de educación, cultura y cohesión social.

Cuadro 1. Relación de Cumbres Iberoamericanas celebradas desde 1991 hasta 2018
Fuente: Elaboración propia.
Fuente: Elaboración propia.

Hasta 2014, todas las Cumbres se celebraron anualmente, pero desde ese año fueron bienales. Son coordinadas por la Secretaría Pro Témpore del país anfitrión y por la Secretaría General Iberoamericana. Su agenda se extiende normalmente durante dos días.

Los miembros de la Conferencia Iberoamericana son 19 países de América Latina de lenguas castellana y portuguesa (Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, El Salvador, Honduras, Nicaragua, República Dominicana, Guatemala, Méjico, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela), más Andorra, España y Portugal.

Cada cumbre se celebra bajo un lema o enfoque concreto al que trata de dar respuesta mediante las diversas reuniones y encuentros, que después quedan plasmados en los diferentes documentos que se desprenden de ellas: plan de acción, documentos de la conferencia, declaraciones, resoluciones, revistas y comunicados diversos.

El contexto de cada cumbre lo enmarca la realidad política, social y económica del momento, por eso entendemos que los lemas anuales mencionados anteriormente responden a la resolución de los problemas derivados de cada contexto temporal. En el Cuadro 1 se exponen sintéticamente las distintas temáticas de cada uno.

Como conclusión a esta descripción temática de las diferentes cumbres mantenidas hasta la fecha, podemos decir que predomina la defensa de los derechos humanos, los principios de inclusividad y de igualdad, la educación, el desarrollo social, las migraciones y el desarrollo, la innovación y la sostenibilidad, preocupaciones todas ellas identificadas cumbre a cumbre y que dibujan unas claras intenciones de fortalecer la identidad social de los países latinoamericanos y de habla hispana y de tener un protagonismo geográficamente identificado que les permita alcanzar una imagen de mayor solvencia y unidad internacional como grupo de naciones que efectivamente están preparadas para asumir desafíos con una fortaleza institucional común.

4. Cuestiones metodológicas

Las pautas metodológicas están guiadas por el propósito central de esta investigación, que consiste en identificar el contenido geopolítico transmitido por los medios de comunicación impresos en la cobertura mediática de las Cumbres Iberoamericanas celebradas en España. El objeto de análisis está constituido por los diarios ABC, El País y La Vanguardia, que reúnen un significativo volumen de lectores ubicados potencialmente en distintos espacios del espectro ideológico. Este análisis está destinado a analizar los contenidos que publican al respecto los medios mencionados, ese es el criterio principal de estudio. No es un análisis dirigido a entender la tipología de jerarquías institucionales que representan los asistentes.

Las tres fuentes seleccionadas aportan, por tanto, un equilibrio editorial suficiente que alberga la pluralidad necesaria, aportando suficiente perspectiva editorial para los fines de este análisis. Y por otro, tienen alcance nacional y una historia periodística lo suficientemente larga y consolidada como indican los siguientes datos: ABC, que nació en 1902, cuenta actualmente con 21,5 millones de usuarios únicos (ABC, 2019)Ref1. Su tirada media diaria es de 64.282 ejemplares. El País nació en 1976, tiene más de 65 millones de lectores. Tiene más de dos millones de seguidores en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube. Cuenta con 56,6 millones de usuarios únicos al mes en todo el mundo. Su tirada media diaria es de 91.727 ejemplares. La Vanguardia, periódico fundado en 1881, tiene 24,47 millones de usuarios únicos con una media de tirada diaria de 83.804 ejemplares (La Vanguardia, 2020)Ref27.

El escrutinio de los periódicos citados explora el tratamiento informativo de las Cumbres Iberoamericanas para desvelar las claves de los códigos geopolíticos españoles relativos a América Latina a través de un conjunto de indicadores que señalan los intereses nacionales en materia de política exterior, el diagnóstico de amenazas reales o figuradas y las propuestas planteadas para satisfacer unos objetivos específicos. De este modo, la combinación de unas lecturas geopolíticas y su traducción en soportes propios de la cultura popular contribuyen a desvelar el papel de los medios de comunicación en la construcción de imágenes y percepciones operativas en el escenario de las relaciones internacionales.

El examen de las páginas de los tres periódicos españoles seleccionados moviliza un conjunto de representaciones políticas en sintonía con sus afinidades editoriales. El análisis de su contenido está limitado a los días de la celebración de las Cumbres Iberoamericanas en España, así como a los días previos e inmediatamente posteriores con intención de considerar no solo las cuestiones descriptivas que informan del desarrollo de las discusiones en las diferentes reuniones congregadas en Madrid (1992), Salamanca (2005) y Cádiz (2012), sino también el interés de su contenido y la trascendencia una vez concluidas.

Por último, la exploración de las fuentes hemerográficas está acompañada de unas referencias fundamentales sobre las directrices que marcan la política exterior española en cada momento y las características más sobresalientes que definen la coyuntura en el panorama latinoamericano e internacional. De esta manera, el desarrollo analítico está dotado de unas claves contextuales ancladas en una triple escala geográfica: estatal, regional y global.

Como se ha explicado en la Introducción, fueron tres las Cumbres Iberoamericanas celebradas en territorio español, las correspondientes a los años 1992, 2005, 2012, que fueron acogidas en las ciudades de Madrid, Salamanca y Cádiz respectivamente. Son estas tres en las se centra esta investigación. Se han elegido estas sobre las 26 celebradas hasta ahora porque entendemos que contribuirán a entender mejor las relaciones geopolíticas entre España y todos los demás países que son miembros de esta Cumbre, atendiendo a los objetivos de esta investigación y al enfoque de este monográfico.

A continuación, se explican las principales conclusiones de cada una, recogidas en el correspondiente documento de Declaración, con el fin de identificar los contenidos más importantes tratados de cada una y después proceder al análisis de la información publicada en los medios impresos seleccionados, con el fin de entender si los periódicos seleccionados (El País, ABC, La Vanguardia) sirvieron como fuentes de geopolítica y qué grado de difusión dieron a los diversos asuntos tratadas en ellas.

5. Análisis

Las Cumbres Iberoamericanas constituyen un foro de debate político entre los poderes ejecutivos del espacio latinoamericano. Su constitución está marcada por una realidad cultural asentada por una serie de indicadores compartidos y su celebración persigue afianzar los lazos políticos, económicos y culturales a través de la concertación de unas agendas comunes en diferentes materias entre los que podemos destacar los programas educativos, los proyectos de integración, la cooperación institucional, los acuerdos comerciales o las políticas de justicia social.

Las Cumbres ejemplifican la evolución del espacio iberoamericano, mientras que su recorrido histórico manifiesta las oscilaciones políticas subyacentes y la existencia de tensiones latentes entre los países asistentes. En cierta medida, cada país busca acomodar las líneas discutidas en estos foros a sus intereses específicos expresados mediante los códigos geopolíticos que orientan el rumbo de sus políticas exteriores dirigidas hacia el espacio configurado a ambas orillas del Atlántico.

5.1. Madrid (1992)

La II Cumbre Iberoamericana de Madrid, celebrada los días 23 y 24 de julio de 1992 tenía un carácter prácticamente fundacional también, al igual que la primera, ya que aquí se ratificaron los compromisos adquiridos en la cita celebrada en la ciudad mejicana de Guadalajara en 1991. La educación como motor principal del desarrollo fue el pilar fundamental de esta cumbre, en la que se aprobaron varios programas de cooperación en materia educativa, formativa y científica, como el Programa de Televisión Educativa Iberoamericana y los programas de Cooperación Universitaria y Educación Básica. Por otro lado, se establecieron objetivos en relación con la concertación política; la economía, la integración y la cooperación; la educación y la modernización mediante programas de cooperación; el desarrollo social y humano y el desarrollo sostenible.

Siendo decisivos todos los aspectos tratados, para nuestro análisis es importante reparar en la concertación política, porque tuvo como objetivo superar los enfrentamientos ideológicos y económicos. Y también en las firmes intenciones de ser parte de la solución de los conflictos internacionales y de la revitalización de la ONU en aquel momento.

La agenda de la política exterior española en el contexto de la II Cumbre Iberoamericana celebrada en Madrid estaba definida por la conmemoración del V Centenario de la llegada de Colón a América. Esta cita estuvo acompañada por otros dos acontecimientos relevantes a escala internacional: la Exposición Universal realizada en Sevilla y los Juegos Olímpicos en Barcelona.

La implicación de España en los procesos democratizadores en América Latina adquiere un notable peso en los primeros compases de la década de 1990. Un ejemplo muy significativo de ello son las acciones diplomáticas en apoyo a las denuncias emitidas por el Grupo de Río sobre el golpe de Estado registrado en Haití a finales del año 1991.

Poco después, la cuestión cubana cobra protagonismo en las relaciones iberoamericanas como consecuencia de la medida adoptada por la Comunidad Europea para suspender los programas de colaboración con La Habana. En esta decisión tuvo un papel destacado el comisario español de la Comunidad Europea para América Latina, Abel Matutes (Gillespie, 1993: 16)Ref21.

En términos regionales, América Latina es testigo de unos avances relevantes en los procesos de consolidación democrática tras las experiencias autoritarias de los Gobiernos militares instalados en el poder de numerosos países latinoamericanos desde mediados del siglo XX. Argentina o Chile están inmersos en la profundización de apuntalar sus sistemas políticos mediante la puesta en marcha de procedimientos basados en la justicia transicional. Sin embargo, otros países como Colombia o Perú mantienen vivos unos conflictos permanentes traducidos en una violencia exacerbada provocada por los enfrentamientos con grupos armados. Los grupos paramilitares, las guerrillas de las FARC-ELP y el ELN en el caso colombiano, y las acciones terroristas de Sendero Luminoso en el territorio peruano concretan el paisaje político doméstico de ambos países.

La escala global está definida por la desaparición del orden bipolar que marca las relaciones internacionales desde el desenlace de la II Guerra Mundial. La tensión sobre el eje Este-Oeste abanderada por Washington y Moscú en su disputa por la hegemonía. La caída del Muro de Berlín en noviembre de 1989 simboliza la desarticulación del bloque socialista en el continente europeo, mientras que el desmembramiento formal de la Unión Soviética en diciembre de 1991 señala el final de la Guerra Fría e inaugura una nueva etapa. Estas transformaciones introducen cambios sustanciales en los códigos geopolíticos y en las agendas de política exterior, especialmente en el terreno de la seguridad y la defensa. Las alteraciones detectadas en la escala global impulsan la concertación de nuevas dinámicas de integración, tanto económica como cultural, en unas escalas supranacionales y su traducción inmediata es la emergencia de bloques regionales que buscan participar activamente en el esquema del sistema-mundo.

España busca capitalizar un papel intermediario entre el escenario latinoamericano y el espacio comunitario europeo. Su posición está avalada por su reciente adhesión a la Comunidad Europea, junto con Portugal, y su integración en la Alianza Atlántica que permite proyectar una imagen exterior renovada. Una prueba de ello son las narrativas que buscan reforzar la percepción internacional de España sobre un conjunto de representaciones simbólicas basadas en el carácter ejemplar de la transición democrática iniciada tras la dictadura franquista.

La figura de Fidel Castro y el modelo político cubano reúne un importante volumen de la cobertura mediática dedicada a la II Cumbre Iberoamericana celebrada en Madrid. Una primera prueba de ello es el tratamiento informativo de la propia llegada del dirigente a la capital española (Orgambides, 1992aRef33, 1992bRef34, 1992cRef35). Las referencias a las palabras pronunciadas por el Presidente del Ejecutivo español, Felipe González, también operan en la misma dirección: “No queremos ni presos políticos ni exiliados políticos en nuestra comunidad” (Maliniak y Cembrero, 1992)Ref28. En su portada, el diario El País acompaña las declaraciones del líder del PSOE con unas afirmaciones de Castro, que califica el embargo económico a la isla caribeña de “genocidio” y asegura que “Cuba no fallará a América” (ibíd.).

Por el contrario, ABC ofrece una imagen contradictoria con esta representación de Castro y el modelo cubano. El diario fundado por Luca de Tena afirma en sus páginas que “la circunstancia de que Cuba sea nuestro segundo comprador en Iberoamérica es una de las razones que argumenta a menudo el Gobierno de Felipe González para no adoptar medidas drásticas en contra del régimen de Fidel Castro” (Ayllón, 1992: 33)Ref4. Este hilo argumental permite al ABC establecer una sintonía entre la Cuba castrista y la España felipista:Cuba ha sido hasta hace muy poco el país iberoamericano más favorecido por el Gobierno socialista desde su llegada al poder en 1982, y en el que menos ha resultado favorecida la democracia. Así, mediante la modalidad de créditos FAD, es decir, a bajo interés y largo plazo de devolución, el dictador cubano recibió de Felipe González, hasta 1990, 26.651 millones de pesetas. Gracias a esta generosidad con quien ha convertido la isla del Caribe en un infierno (…), Cuba mantuvo hasta hace aproximadamente un año el primer lugar entre los países deudores de España (Ayllón, 1992: 33)Ayllón(1992)

En una dirección similar, la cobertura mediática de La Vanguardia acentúa los mensajes dirigidos hacia Fidel Castro, aunque expresa las observaciones del presidente español que rechaza la existencia de “presos políticos o exiliados entre nosotros” (Míguez, 1992: 9)Ref31. El contenido en sus páginas traslada una imagen del dirigente cubano aislado del resto de los asistentes a la cita iberoamericana en la capital española y subraya que “fue el único mandatario que arremetió contra Estados Unidos” (Ibarz, 1992: 10)Ref23.

En las intervenciones de los asistentes a la Cumbre, El País destaca que “la defensa de la democracia en el plano político y del liberalismo en el plano económico fue una constante” (Maliniak y Cembrero, 1992)Ref28. En esta dirección cobra protagonismo la posición de Carlos Menem, presidente de la República Argentina, para afirmar que “el absoluto respeto a los procesos electorales es el único criterio de la democracia (…) Nada se puede construir al margen de la libertad”. De este modo, el mandatario argentino justificaba la política de privatizaciones desarrollada por su Gobierno amparado en la idea de que “la opción libertad sin desarrollo o desarrollo sin libertad es falsa” (Maliniak y Cembrero, 1992)Ref28.

El diario El País sintetiza estas ideas en la portada publicada en su diario el día 25 de julio con el titular “La cumbre de Madrid condena el golpismo y el proteccionismo” (El País, 1992)Ref16. La reiteración en esta afirmación es reforzada por las palabras pronunciadas por Juan Carlos I en la declaración final de la II Cumbre, que clausuró condenando las barreras comerciales y defendiendo la democracia representativa como “la única forma de resolver los problemas internos” (El País, 1992)Ref16. En sintonía con esta línea se manifestaba Felipe González, que situaba la democracia como la regla política en Iberoamérica (Ibarz y Míguez, 1992: 11)Ref24.

El diario ABC dedica numerosas páginas a la cobertura de la II Cumbre Iberoamericana. Su contenido manifiesta el compromiso de España con los principios democráticos y con el desarrollo económico de la región latinoamericana.El Gobierno español destinará este año unos 60.000 millones de pesetas para favorecer el desarrollo de los países iberoamericanos (…) A esta cantidad, que forma parte de la cooperación bilateral española, hay que añadir los fondos puestos a disposición para favorecer las inversiones españolas en determinados países, mediante los Tratados Generales de Amistad y Cooperación, el instrumento que desde 1989 ha sido el eje de las relaciones con Iberoamérica (…). España incluyó en todos estos tratados una cláusula ligando el mantenimiento de la vigencia de los mismos a la persistencia de un sistema democrático en el país. De esta manera, España no se considera comprometido a seguir con la ayuda fijada si se producen acontecimientos involucionistas en los países beneficiarios (Ayllón, 1992: 32)Ayllón(1992).

No obstante, esta acción rememora el Plan Marshall iniciado por Estados Unidos tras la II Guerra Mundial para la reconstrucción del continente europeo porque, como apunta el artículo de Ayllón,

el esfuerzo financiero que realiza es no solo una forma de ayudar al desarrollo iberoamericano, sino también el vehículo con el que llegar a tener una mayor presencia económica en la zona, porque las actuales cifras están lejos de satisfacer las aspiraciones españolas (Ayllón, 1992: 32)Ayllón(1992).

El ABC es el único periódico de los tres seleccionados en esta investigación que disecciona la situación económica de los países latinoamericanos como consecuencia de la profunda deuda exterior que amenaza sus economías domésticas. Incluso en sus páginas, ABC informa de la posibilidad de aprobar una condonación que reverbera en las discusiones políticas de la vida parlamentaria española:

España prevé en 1992 dar facilidades para el pago de la deuda iberoamericana, que asciende a poco más de 600 mil millones de pesetas. El Partido Popular fue el primero en criticar el proyecto, asegurando que la posible medida no soluciona los problemas de ese continente y sin embargo será un quebranto para la economía española […] La posición del Gobierno español es dar un tratamiento distinto a cada nación (…). Los problemas de la deuda iberoamericana dependen, en gran medida, de los avances logrados en materia económica, política y social de cada país. Las condiciones para renegociarla están dadas, los caminos están trazados y su solución parcial o definitiva quizá podrá darse en el consenso de los jefes de Estado de los 22 países participantes en la II Cumbre Iberoamericana que se celebra en Madrid (Escamilla y Neggers, 1992: 35)Escamilla and Neggers(1992).

En su edición del jueves 23 de julio, ABC publica una entrevista al presidente argentino. En sus declaraciones, Carlos Menem reconoce el papel de la monarquía en la modernización de España y destaca la existencia de unas relaciones “excelentes” con sus vecinos latinoamericanos. Su valoración de las cumbres iberoamericanas es positiva porque considera beneficioso el diálogo establecido a través de las cumbres iberoamericanas para extender los ideales de la democracia en América Latina, ya que “las dictaduras son una manzana podrida” (Olmo, 1992: 37)Ref32.

5.2. Salamanca (2005)

La XV Cumbre de Salamanca, que tuvo lugar los días 14 y 15 de octubre de 2005, fue especialmente relevante porque allí se inauguró la Secretaría General Iberoamericana, que sirvió desde ese momento como instrumento para darle seguimiento a los distintos programas acordados en las cumbres. La emigración y las relaciones entre América Latina y la Unión Europea fueron los dos temas principales abordados en esta cumbre. Según recoge el documento de Declaración resultante de esta Cumbre, se desarrolla además una agenda iberoamericana para reforzar “la calidad de nuestras democracias y su capacidad para responder a las expectativas de los ciudadanos en términos de protección de sus derechos y satisfacción de sus necesidades socioeconómicas” (XV Cumbre Iberoamericana, 2005)Ref49.

El contexto global que envuelve la cita iberoamericana celebrada en la capital helmántica está marcado por una nueva etapa en las relaciones internacionales tras los atentados terroristas registrados el 11 de septiembre del año 2001 en suelo estadounidense. La respuesta inmediata de la Administración Bush fue la declaración de la Guerra contra el Terror y la iniciativa de emprender una política exterior agresiva con la justificación de detener las acciones de un terrorismo aparentemente operativo en una escala mundial. Las intervenciones militares en Iraq y Afganistán ejemplifican estas directrices de la Casa Blanca, que encuentran apoyo en algunos gobiernos occidentales.

América Latina es testigo de un viraje político liderado por la figura de Hugo Chávez. El dirigente venezolano busca forjar alianzas con el resto de los países latinoamericanos afines a unas ideas compartidas que codifican el denominado Socialismo del Siglo XXI. A este respecto, el periódico El País recoge en su sección internacional la siguiente reflexión de parte de Álvaro Uribe:Sobre la inauguración de hoy pesarán las palabras del presidente colombiano, Álvaro Uribe, que comentó ayer que "hay tantas cumbres y tan seguidas que se vuelven detestables". Su poco amistoso vecino, el venezolano Hugo Chávez, dijo, en curiosa sintonía, hace cuatro años en Madrid: "Los líderes vamos de cumbre en cumbre, y los pueblos, de abismo en abismo". Moratinos afirmó ayer que Uribe se refirió a las reuniones internacionales y no a las cumbres iberoamericanas. Enrique Iglesias señaló que los ministros le han encargado un informe sobre todas las reuniones que se mueven en torno a estas citas y anunció que el año próximo, en Paraguay, piensa plantear sobre si convendría espaciar su periodicidad (Egurbide, 2005)Egurbide(2005).

España asiste a la XV Cumbre Iberoamericana en calidad de anfitrión y tras la llegada al Gobierno, apenas un año antes, de José Luis Rodríguez Zapatero. El triunfo electoral socialista estuvo marcado por el atentado terrorista, que se saldó con 193 víctimas mortales unos días antes de los comicios celebrados en marzo del año 2004. Las pautas que marcan el rumbo de la política exterior experimentan un cambio sobresaliente con respecto a la agenda precedente del Gobierno de José María Aznar. La combinación de instrumentos diplomáticos activos, la legalidad internacional emanada de Naciones Unidas, la apuesta por el multilateralismo y el acento en la cooperación al desarrollo buscan suavizar la imagen exterior de España en ciertas latitudes, como el espacio latinoamericano, resultante del incondicional seguimiento a las líneas trazadas desde Washington durante la segunda legislatura del Partido Popular (Barbé, 2006: 289-301)Ref7.

La Vanguardia (Ibarz, 2005: 22)Ref51 recoge estas disensiones en términos de política exterior, evidenciando los ataques del Partido Popular a Zapatero, alegando su defensa a Castro.Más allá de su oportunidad, esas declaraciones reflejan de nuevo la quiebra del consenso interior en un tema de Estado cual es la política exterior y, en particular, las relaciones con Latinoamérica, como evidencian las críticas que el líder del PP, Mariano Rajoy, dirigió ayer al presidente Zapatero, del que dijo que hacía todo lo posible por contentar a Castro. Además, esos dos gestos en favor de las tesis cubanas pueden crear nuevas fricciones en las ya deterioradas relaciones con Estados Unidos, ahora en vías de recuperación.

En sentido esta vez opuesto, también La Vanguardia (Ibarz, 2005: 15)Ref51, recoge de manera sonora el desplante de Castro a España con su ausencia en esta Cumbre:

El portazo de Fidel Castro a la cumbre de Salamanca ha dado pie a múltiples interpretaciones, pero pocos juzgan creíble la explicación de que estaba ocupado coordinando la ayuda de Cuba a Centroamérica y Pakistán. Castro lleva tiempo limitando sus desplazamientos.

Mientras, ABC, desde su sección de Opinión escrita por Gustavo de Arístegui (Arístegui, 2005: 3)Ref52 vuelve a redundar en esta idea, señalando a Zapatero como incondicional del régimen de Castro a pesar de su ausencia en la Cumbre, mediante palabras superficiales que solo pretenden establecer una similitud rotunda entre el gobierno de Zapatero y el de Castro.

El gobierno socialista ha vuelto a claudicar, de forma múltiple, antes el régimen de Castro… y todo para nada, pues el dictador finalmente le ha dado plantón a la Cumbre de Salamanca.

5.3. Cádiz (2012)

La XXII Cumbre de Cádiz fue celebrada los días 16 y 17 de noviembre de 2012. Se celebró allí para conmemorar los doscientos años de la Constitución de Cádiz, porque según recoge el punto primero del documento de Declaración (Declaración de Cádiz, 2012), “La Constitución de Cádiz de 1812 marca uno de los hitos históricos fundamentales del acervo constitucional iberoamericano, cuyos principios de libertad individual, democracia, soberanía popular, separación de poderes, legitimidad e igualdad jurídica nos permiten reconocernos como iberoamericanos”. Los acuerdos más relevantes que se toman tienen que ver con la promoción de políticas de desarrollo sostenible y medioambientales, con impulsar políticas que favorezcan el comercio internacional, en promover los mercados regionales para dinamizar la integración económica entre los países iberoamericanos, etc. Se atienden igual asuntos relativos a las infraestructuras, al tejido empresarial, al fortalecimiento institucional y a la cultura, a la educación como factores de inclusión social y finalmente a la creación de empleo sostenible y de calidad.

La crisis financiera desencadenada en el año 2007 sacude las economías domésticas a escala mundial y sus efectos perviven a través de las continuas políticas económicas dirigidas a recuperar el equilibrio en las balanzas comerciales. El escenario mediterráneo es testigo de las agitaciones producidas provocadas por la conocida “primavera árabe” y el estallido de diferentes conflictos bélicos, que añaden una mayor tensión a las relaciones internacionales del siglo. A las situaciones de Iraq o Afganistán se suman las guerras en Libia o Siria.

El paisaje político en América Latina está definido por una serie de conflictos domésticos y regionales. Las querellas territoriales entre Perú y Chile, el creciente malestar social en Argentina, el relevo presidencial en México o la apertura de negociaciones de paz con las FARC-EP en Colombia son algunos ejemplos de ello. Sin embargo, este escenario latinoamericano no contrasta con la crisis económica localizada al otro lado del Atlántico. El tono político en España cambia tras la llegada de Mariano Rajoy a La Moncloa. El Gobierno del Partido Popular aprueba una serie de medidas decretadas para atajar la situación económica del país a través de unas políticas basadas en la reducción salarial y la erosión de los derechos laborales. En este sentido, la Cumbre celebrada en Cádiz representa una oportunidad para reforzar unos lazos en ambas orillas del Atlántico con la mirada depositada en superar la recesión de la economía.

Las cuestiones económicas constituyen el epicentro de la XXII Cumbre Iberoamericana. El informe elaborado de manera conjunta entre la OCDE y la CEPAL, bajo el título Perspectivas económicas de América Latina para 2013, es una muestra de la preocupación compartida en el espacio latinoamericano. En su declaración final, los encargados de la Cartera de Asuntos Exteriores firman un compromiso destinado a fortalecer los lazos de cooperación económica y resolver las cuestiones de inseguridad jurídica con el objetivo de estimular las inversiones empresariales. El diario El País radiografía la coyuntura que enmarca la celebración de la reunión prevista en Cádiz y subraya la importancia del evento del siguiente modo:España y Portugal chapotean en la crisis de deuda y esta es la oportunidad de hacer valer la tan traída “comunidad iberoamericana” que los sitúe, primero, como puente imprescindible para la expansión de la UE hacia la región. Y segundo, como inversores privilegiados que necesitan abrir definitivamente el mercado latinoamericano a sus exportaciones (El País, 2012a)El País(2012).

Las páginas de El País destacan la necesidad de España y Portugal para “facilitar al máximo la relación económica con Latinoamérica como salvavidas para sus empresas” (Sandoval et al., 2012)Ref42. En los días previos a la celebración de la XXII Cumbre, el diario del Grupo Prisa informa de la relevancia del acontecimiento para los países peninsulares frente a los miembros latinoamericanos. Este argumento radica en las previsiones de crecimiento para ambas regiones y afirma que

España y Portugal no pueden más que intentar que parte de esa riqueza, actual y potencial, les ayude a salir del hoyo. Lo que hay al otro lado del Atlántico es un mercado de unos 550 millones de personas y España tiene una buena posición para intentar sacar tajada. El país ibérico aún es el principal inversor europeo en la región y el segundo a escala mundial. Pero el problema es que la presencia española está dominada por unas grandes empresas que, según una encuesta del Instituto de Empresa, solo aspiran a mantener y en mucho menor grado a aumentar sus inversiones en américa Latina (Gualdoni y Sandoval, 2012)Gualdoni and Sandoval(2012).

En las páginas de La Vanguardia observamos un artículo firmado por Carmen del Riego en sintonía con esta idea señalada:

En un momento, en el que la crisis económica está instalada en Europa y Norteamérica, la experiencia de Iberoamérica, que hace años pasó por una crisis similar y que ahora agrupa a algunos de los más importantes países emergentes, es un referente para algunos países, especialmente para España (Riego, 2012: 24)Riego(2012).

La Vanguardia dedica un editorial a la Cumbre celebrada en la capital gaditana y concluye, de manera similar, la apuesta de España por América Latina y valora la relevancia de mantener el foro político que representan estas citas multilaterales en los siguientes términos:

Es verdad que España atraviesa una grave crisis. Pero también lo es que el momento de gran crecimiento de ciertos países iberoamericanos se reduce. Será, pues, beneficioso para todos compartir saberes y oportunidades en pos de una economía al servicio de los ciudadanos. Quizás estas cumbres deban optimizar su formato −a partir del 2013 serán bianuales−, pero lo que no deberían, en ningún caso, es desaparecer (La Vanguardia, 2012: 24)La Vanguardia(2012).

No obstante, la cita iberoamericana en Cádiz también sirvió para profundizar en otros proyectos de integración económica en el espacio latinoamericano. En concreto, la Alianza del Pacífico, que plantea una comunidad con intereses específicos formada por Chile, Colombia, México y Perú que significa en palabras del representante del grupo, el presidente chileno Sebastián Piñera, la circulación sin barreras arancelarias de más del 90% de los bienes entre los cuatros países (El País, 2012b)Ref18.

El periódico ABC muestra una línea similar e interpreta que la celebración de la XXII Cumbre es una oportunidad para la salida de la crisis económica en España. En sus páginas ofrece un análisis con referencias a las épocas pretéritas para justificar el escenario iberoamericano en respuesta a la recesión que atraviesan los países peninsulares mediante el acuerdo de unas actuaciones capaces de impulsar las economías de España y Portugal. El artículo firmado por Luis Ayllón expresa lo siguiente:Las cosas han cambiado bastante desde que se pusieron en marcha las cumbres, en 1991. Entonces, España y Portugal se ofrecían para tirar hacia arriba a sus socios del otro lado del Atlántico; hoy miran a América en busca de apoyo para salir cuanto antes de la crisis (…) de forma que se aproveche el dinamismo económico que vive hoy Iberoamérica, que crece a un ritmo medio del 3,2 por ciento este año y que prevé hacerlo al 3,9 por ciento en 2013. Pese a que empiezan a verse algunos signos de desaceleración, la región sigue siendo muy atractiva para los inversores (Ayllón, 2012a: 43)Ayllón(2012).

En su portada del día 17 de noviembre, ABC publica una fotografía del Jefe de Estado, Juan Carlos I con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos. La imagen acompaña un titular que afirma “España busca oxígeno en Iberoamérica contra la crisis” y añade en el subtítulo la idea de unidad expresada tanto por el monarca español como por el presidente del ejecutivo, Mariano Rajoy. En las páginas interiores del diario observamos la referencia a la demanda del principio de seguridad jurídica para garantizar las inversiones y algunos fragmentos del discurso inaugural pronunciado por el monarca Juan Carlos I:Necesitamos −enfatizó− más Iberoamérica. Debemos concertarnos y conocernos más y mejor, seguir explorando y poniendo en práctica nuevas formas de trabajo conjunto, profundizando en nuestra cooperación y escuchando a nuestros ciudadanos (…) que Iberoamérica hable con una sola voz que sea reconocible por todos (Ayllón, 2012b: 44)Ayllón(2012)

El énfasis en los potenciales beneficios económicos que pueden concertarse tras la cita iberoamericana reunida en la ciudad gaditana es subrayada, nuevamente, por el editorial publicado en ABC el día 17 de noviembre. El periódico del grupo mediático Vocento señala que “Cádiz abre un escenario idóneo para que no sean solamente las grandes multinacionales españolas las que se beneficien de las oportunidades al otro lado del Atlántico” y añade que:

Son tiempos para conseguir que también las pequeñas y medianas empresas, base del tejido económico español, puedan acceder a esos mercados emergentes y cada día más pujantes. Además de las grandes inversiones en Iberoamérica, hay que impulsar las exportaciones al calor de unas relaciones bilaterales que aún guardan mucho potencial sin explotar. Y en este sentido, ha sido un acierto del Gobierno poner entre sus prioridades el éxito de esta Cumbre de Cádiz −ciudad que conoció su esplendor precisamente gracias al comercio con América− como símbolo de un regreso al pragmatismo más inteligente de la diplomacia española, lejos de las ensoñaciones pretenciosas de aquella Alianza de Civilizaciones (ABC, 2012: 4)Ayllón(2012)

ABC enlaza la celebración de la XXII Cumbre con la agenda política del Gobierno español, que califica de exitosa incluso antes de su desarrollo. Al mismo tiempo, en sintonía con su línea ideológica, el editorial introduce una crítica explícita a la etapa socialista liderada por Rodríguez Zapatero y su política exterior basada, entre otras directrices, en el multilateralismo.

La cobertura mediática del diario ABC refleja las intenciones del Gobierno a través de las palabras pronunciadas por Mariano Rajoy en la sesión de inauguración de la Cumbre Iberoamericana. El dirigente del Partido Popular invita a la “unidad en la diversidad” (Sánchez, 2012: 43)Ref41 y manifiesta la referencia velada al presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, y el desafío soberanista.

6. Conclusiones

Una primera consideración relevante descansa en el papel predominante de las instituciones congregadas en las sucesivas cumbres iberoamericanas celebradas en España. Una prueba de ello es la especial atención dedicada a los discursos de inauguración y clausura pronunciados por el Jefe del Estado y el Presidente del Gobierno. Un segundo ejemplo son las declaraciones de las diferentes figuras políticas asistentes y la discusión de las temáticas que ocupan la agenda política de estas reuniones.

Al mismo tiempo, el desarrollo de estas Cumbres Iberoamericanas admite lecturas en clave geopolítica. Los razonamientos expresados por los medios de comunicación que ofrecen cobertura a los eventos analizados buscan señalar una serie de diagnósticos y desvelan las discusiones sobre las posibles soluciones a las problemáticas incluidas en las agendas que guían la política exterior. Al margen de las discrepancias ideológicas implícitas en las líneas editoriales de los periódicos seleccionados, el análisis prueba la existencia de una idea motriz constante en cada una de las reuniones iberoamericanas celebradas en España: la instrumentalización de un foro de diálogo político multilateral para calibrar los códigos geopolíticos de la política exterior española. En este sentido, los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la socialización del razonamiento geopolítico práctico instituido por los responsables políticos participantes.

La celebración de estas reuniones ha experimentado oscilaciones relativas al grado de participación de sus miembros, pero su periodicidad expresa las permanentes relaciones establecidas a ambas orillas del Atlántico. El desarrollo de las sucesivas Cumbres Iberoamericanas desde 1991 permite afianzar unas potenciales herramientas de cooperación destinadas a mantener unos lazos históricos y reforzar una región con capacidad de operar activamente en el esquema trazado por la economía-mundo, aunque sin necesidad de erosionar las discrepancias sociopolíticas y culturales.

La articulación de las Cumbres Iberoamericanas nace en una coyuntura histórica marcada por el desenlace de la Guerra Fría y el surgimiento de un nuevo ordenamiento mundial. En este contexto, el tablero de las relaciones internacionales es testigo de la emergencia de una nueva escala geográfica intermedia entre los actores estatales y el panorama global, que calificamos generalmente con la etiqueta de regionalismo. La celebración de estas reuniones sucesivas permite estrechar lazos políticos y económicos legitimados por el hilo histórico compartido entre los países participantes.

Por último, como revela el análisis de los medios de comunicación seleccionados mediante un desarrollo teórico-práctico, la configuración de este bloque regional iberoamericano constituye una baza alternativa en la búsqueda de respuestas específicas a problemas comunes. Las Cumbres manifiestan sus atribuciones geopolíticas en las encrucijadas provocadas por las crisis económicas experimentadas por el conjunto de estos países, primero en las latitudes latinoamericanas y después en el espacio europeo. La existencia de este foro de diálogo ofrece a los países ibéricos una opción político-económica complementaria a su implicación dentro del proyecto integrador de la Unión Europea, mientras que América Latina añade nuevos socios de cooperación ajenos al vecino estadounidense. No obstante, como prospectiva, se considera extender el impacto de las cumbres al mundo atlántico.

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Gálvez Caja, Asunción

Asunción Gálvez Caja es Doctora en Ciencias de la Información por la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Actualmente, Directora Académica del Máster Universitario en Comunicación y Marketing Político y profesora de Marketing Social y Político de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y de Marketing Relacional en la UCM. Líneas de investigación: comunicación política, campañas políticas, creatividad en comunicación política.

García de las Heras González, Mariano

Mariano García de las Heras González es historiador y politólogo. Actualmente cursa el programa de doctorado en Ciencias Políticas y de la Administración y Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid. Secretario de Redacción en Geopolítica(s). Revista de estudios sobre espacio y poder. Sus intereses académicos son los estudios dedicados a las fronteras, los discursos geopolíticos y la violencia política en el mundo contemporáneo.