Mejias, Ulises, A. & Couldry, Nick (2024). Data Grab: The New Colonialism of Big Tech (and How to Fight Back) — [Apropiación de Datos: El Nuevo Colonialismo de las Grandes Tecnológicas (y cómo enfrentarlo)]. WH Allen, 333 pp., ISBN: 978-0-7535-6020-4
García Arranz, Ana
https://orcid.org/0000-0002-6956-6008
London School of Economics and Political Sciences, United Kingdom
Año | Year: 2025
Volumen | Volume: 13
Número | Issue: 1
DOI: https://doi.org/10.17502/mrcs.v13i1.877
Recibido | Received: 21-3-2025
Aceptado | Accepted: 28-4-2025
Primera página | First page: 1
Última página | Last page: 3
La reseña destaca a la obra Data Grab: The New Colonialism of Big Tech (and How to Fight Back) como una intervención teórica excepcional que permite repensar radicalmente el presente digital. Más que un análisis sobre tecnologías o economía digital, la autora valora el contenido de sus páginas como un revelador esfuerzo epistemológico que desbloquea nuevas categorías de comprensión, revelando en la captura de datos no una distorsión del progreso, sino la continuidad de una lógica colonial profundamente enraizada. La reseña enfatiza la potencia del concepto de "colonialismo de datos", no como metáfora crítica, sino como categoría analítica que ilumina procesos contemporáneos de apropiación, explotación y control. Se destaca la capacidad de la obra para articular una crítica estructural junto con propuestas emancipadoras, alejándose de enfoques moralizantes o tecnocéntricos. Además, la reseña subraya la importancia de una lectura que no se limite a lo ético o regulatorio, sino que entienda la dimensión epistémica y política del régimen digital. Data Grab es analizado como una invitación urgente a la descolonización de nuestras vidas digitales, una obra que no sólo interpreta el mundo, sino que impulsa a transformarlo desde una imaginación política radical.
Palabras clave: Colonialismo de datos, epistemología crítica, capitalismo digital, descolonización tecnológica, Poder tecno-colonial,
This review highlights Data Grab: The New Colonialism of Big Tech (and How to Fight Back) as an exceptional theoretical intervention that enables a radical rethinking of the digital present. Rather than offering a mere analysis of technologies or the digital economy, the author values its content as a revealing epistemological effort that unlocks new categories of understanding. The extraction of data is thus exposed not as a distortion of progress, but as the continuation of a deeply rooted colonial logic. The review underscores the analytical strength of the concept of “data colonialism”, not as a critical metaphor, but as an analytical category that sheds light on contemporary processes of appropriation, exploitation, and control. The work is praised for its ability to articulate a structural critique alongside emancipatory proposals, distancing itself from moralistic or technocentric perspectives. Furthermore, the review stresses the importance of a reading that goes beyond ethical or regulatory concerns, addressing instead the epistemic and political dimensions of the digital regime. Data Grab is interpreted as an urgent call for the decolonisation of our digital lives— a work that not only interprets the world, but compels us to transform it through a radical political imagination
Key words: Data colonialism, critical epistemology, digital capitalism, technological decolonisation, techno-colonial power,
Crítica de Libro: Data Grab: The New Colonialism of Big Tech (and How to Fight Back) — [Apropiación de Datos: El Nuevo Colonialismo de las Grandes Tecnológicas (y cómo enfrentarlo)]
Hay libros que informan, libros que diagnostican y libros que interpelan. Pero hay otros, mucho más escasos, que logran desbloquear nuestra comprensión del presente hasta el punto de permitirnos trazar una ontología del ahora, habilitando categorías nuevas para pensar lo que parecía inevitable o naturalizado. Data Grab: The New Colonialism of Big Tech (and How to Fight Back) pertenece a esa categoría excepcional: no es simplemente un ensayo crítico sobre el impacto de la economía digital ni un análisis de la tecnología contemporánea. Es una intervención conceptual de largo alcance, una obra que redefine los términos mismos con los que se debate el régimen de datos en el siglo XXI.
Los autores nos proponen repensar radicalmente la matriz de la economía digital actual. Lo que desvelan no es un abuso ocasional ni una consecuencia imprevista del progreso tecnológico, sino la persistencia —y perfeccionamiento— de un proyecto colonial que jamás fue desmantelado, aunque haya sido invisibilizado por los discursos del desarrollo y la innovación. Desde esta premisa, el orden digital contemporáneo se presenta como la fase más avanzada de un proceso histórico de desposesión y subordinación global.
Data Grab no es un alegato ético, ni una propuesta regulatoria; construye un marco analítico preciso y profundamente esclarecedor: la captura masiva de datos, convertida en núcleo de acumulación de valor en el capitalismo de plataformas, opera como un régimen de colonialidad que redefine la vida social como materia prima explotable. Este colonialismo no sólo actúa sobre los cuerpos o los territorios, sino sobre las formas de saber y de ser: se apropia de las prácticas cotidianas, de los flujos de comunicación, de los afectos y de los patrones de comportamiento, reconfigurando la subjetividad bajo los imperativos de la gobernanza algorítmica.
La obra despliega, con una claridad excepcional, un diagnóstico que interpela y desestabiliza las categorías dominantes: si no existe capitalismo sin colonialismo, tampoco puede comprenderse el capitalismo digital sin reconocer su raíz colonial. La tesis central es incómoda y a la vez incontestable: el colonialismo de datos no es una metáfora crítica, sino una categoría analítica que permite iluminar la lógica de apropiación, explotación y control que estructura el presente.
Pero el valor de Data Grab no reside únicamente en la contundencia de su diagnóstico. Lo que distingue a esta obra es su capacidad para articular, junto a una crítica estructural, una propuesta de resistencia que se despliega en clave colectiva y emancipadora. La obra ofrece herramientas conceptuales y políticas para repensar los futuros posibles de la soberanía digital, la gobernanza democrática de los datos y la justicia epistémica global.
Organizado en seis capítulos y una conclusión, la obra combina una genealogía crítica del colonialismo histórico con un análisis incisivo de la economía política contemporánea. Lejos de cualquier aproximación tecnocéntrica o moralizante, los autores construyen un relato que articula economía, política, cultura y epistemología, con el objetivo de reconfigurar las condiciones de posibilidad del pensamiento y la acción en la era digital.
El primer capítulo (A New Colonialism) marca el punto de partida del argumento teórico de Data Grab, los autores no sólo afirman la continuidad entre el colonialismo histórico y el orden digital contemporáneo, sino que muestran cómo se actualizan y rearticulan las lógicas de desposesión y dominación propias de la modernidad colonial. Lejos de proponer una visión lineal o mecánica, el capítulo examina cómo el colonialismo se reconfigura en el régimen de datos: la captura algorítmica no es un simple reflejo de la explotación colonial del pasado, sino una forma ontológicamente nueva de extracción, que se apropia de los procesos vitales en tiempo real y los convierte en información susceptible de ser cuantificada, segmentada y comercializada.
En esta nueva fase, los datos se han convertido en el recurso estratégico por excelencia, desplazando a la tierra o al trabajo manual como fuente primordial de valor. Sin embargo, los mecanismos de apropiación siguen reproduciendo la lógica de la expropiación unilateral: los sujetos se transforman en prosumidores inconscientes, generadores permanentes de datos que nutren los circuitos de acumulación de las grandes plataformas tecnológicas, sin acceso a los beneficios ni control sobre los usos de esa información.
El capítulo despliega con precisión el concepto de colonialismo de datos como estructura de poder que articula tres dimensiones simultáneamente:
(1) Apropiación epistémica: la captura de saberes y prácticas sociales que son traducidas a formatos legibles por las infraestructuras digitales.
(2) Explotación económica: la monetización de los datos mediante algoritmos de predicción, publicidad personalizada y mercados secundarios de información.
(3) Gobernanza algorítmica: la imposición de un régimen normativo que disciplina la conducta a través de sis-temas de clasificación, puntuación y control invisible.
Este análisis permite comprender que el colonialismo digital no se limita a la explotación económica, sino que produce formas específicas de subjetividad y de gobierno, en las que el sujeto es interpelado, clasificado y modelado por sistemas algorítmicos diseñados para maximizar la rentabilidad del dato.
En el segundo capítulo (Data Territories) los autores despliegan el concepto de territorialización digital, señalando cómo la lógica colonial se actualiza en la ocupación y explotación de la vida social como nuevo territorio. El análisis destaca cómo las infraestructuras digitales (dispositivos, redes, servidores, algoritmos) funcionan como instrumentos de extracción constante, generando espacios de captura que operan bajo lógicas de extraterritorialidad.
Los autores subrayan además el impacto geopolítico del colonialismo de datos. Las asimetrías globales son reforzadas, ya que el Norte Global concentra la pro-piedad de los sistemas de recolección y procesamiento, mientras el Sur Global se convierte en proveedor de datos y en objeto de mapeo, clasificación y control.
El tercer capítulo (Data’s New Civilising Mission) constituye uno de los ejes fundamentales de la argumentación del libro. Los autores muestran cómo el colonialismo de datos es sostenido por narrativas de progreso que reeditan la misión civilizadora de la modernidad colonial. En este caso, la conectividad global, la inteligencia artificial y la personalización algorítmica son presentadas como mecanismos de desarrollo social, mientras ocultan su función de captura y subordinación. Estas narrativas operan como dispositivos ideológicos que naturalizan la explotación de los datos. La retórica de la eficiencia, la comodidad y la innovación desactiva la percepción de la violencia estructural inherente a la extracción de información personal y social. El progreso digital se convierte así en un imperativo moral, reproduciendo la lógica colonial según la cual quienes no se someten a la lógica del sis-tema son excluidos de la historia.
El capítulo deconstruye de manera rigurosa la noción de neutralidad tecnológica, mostrando cómo la supuesta objetividad de los sistemas algorítmicos se sustenta en elecciones políticas y epistemológicas. Lo que se presenta como un procedimiento técnico universal es, en realidad, un dispositivo que silencia y subordina epistemologías claras, reforzando dinámicas de homogeneización cultural y de imposición de una racionalidad hegemónica, herederas de los procesos imperiales de expansión del conocimiento occidental.
El capítulo cuarto (The New Colonial Class) se adentra en la configuración de las élites que se benefician del colonialismo de datos, conceptualizadas como la nueva clase colonial digital. El análisis es sofisticado, mostrando cómo la extracción de datos no es gestionada exclusivamente por las grandes tecnológicas (GAFAM - Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft - símbolo de la concentración de poder y del régimen extractivo de datos a escala global), sino por un entramado de actores que incluye intermediarios, consultores, desarrolladores de algoritmos, agencias de datos y actores estatales.
De especial interés es la figura del Estado algorítmico, que adopta y legitima las tecnologías de gobernanza digital. Lejos de oponerse al poder de las plataformas, muchos Estados actúan como socios estratégicos, beneficiándose de la recolección de datos para fines de control social, seguridad o vigilancia poblacional. Esta relación recuerda la dinámica colonial de las autoridades locales cooptadas, que facilitaban la dominación imperial.
El capítulo describe además cómo esta nueva clase colonial actúa en un espacio global desregulado, en el que la soberanía nacional es subordinada a los intereses de las infraestructuras tecnológicas privadas. Esto genera un régimen transnacional de poder, que reproduce la lógica del imperialismo económico en la era del capital informacional.
Lejos de una visión determinista, el quinto capítulo (Voices of Defiance) recupera las prácticas de resistencia que desafían el colonialismo de datos. Los autores muestran cómo distintos movimientos sociales, comunidades indígenas y activistas digitales han desarrollado estrategias para subvertir la lógica extractiva de las plataformas. Una de las propuestas más poderosas es la reivindicación de la soberanía tecnológica, que implica no solo el control sobre los datos propios, sino también la reapropiación colectiva de las infraestructuras de conocimiento y comunicación. Frente a la privatización de la información, se propone una ética del común, que reconozca los datos como bienes colectivos gestionados democráticamente.
El sexto capítulo (A Playbook for Resistance) concluye con un manual de resistencia, que articula tres niveles de acción:
(1) Dentro del sistema: mediante reformas legales, políticas públicas y mecanismos de regulación que limiten el poder de las plataformas.
(2) Contra el sistema: a través de la desobediencia digital, el activismo y el boicot a las infraestructuras de extracción de datos.
(3) Más allá del sistema: construyendo redes y tecnologías alternativas basadas en la gobernanza comunitaria y la ética del común.
Plenamente conscientes de los límites y obstáculos que enfrentan las estrategias de resistencia al colonialismo de datos, los autores reconocen la magnitud del desafío: enfrentarse a infraestructuras omnipresentes, a arquitecturas legales y económicas diseñadas para perpetuar la captura, y a una lógica de poder que se ha naturalizado como condición de la vida contemporánea. Y, sin embargo, en ese reconocimiento no hay rendición, sino el punto de partida para lo que denominan un proyecto de imaginación política radical: una llamada a la acción colectiva que no se limite a denunciar o a resistir en los márgenes, sino que se atreva a desmantelar los fundamentos epistémicos y materiales de la dominación digital.
Data Grab es, en este sentido, mucho más que un diagnóstico lúcido o un marco interpretativo sólido; es una convocatoria a la descolonización integral del presente y del porvenir. Una obra que reclama para el pensamiento crítico su vocación de intervención, su capacidad para abrir horizontes de posibilidad cuando el presente parece clausurado por la inercia de lo dado.
En sus páginas se articula una crítica demoledora, pero también un horizonte emancipador que trasciende el marco estrecho de las políticas de privacidad o la gobernanza de los datos. Lo que aquí está en juego es la reapropiación colectiva del conocimiento, la reconstrucción de las infraestructuras digitales desde una ética del común y la fundación de un nuevo contrato social para la era de los datos. Una sociedad en la que la información no sea un recurso expropiado, sino un bien compartido; donde la inteligencia colectiva no sea capturada por los algoritmos del capital, sino devuelta a las comunidades como herramienta de emancipación.
Lo que hace de Data Grab una obra de referencia imprescindible es su capacidad para integrar un análisis estructural de la economía política del dato con un compromiso explícito por la justicia epistémica global. Los autores nos invitan a pensar la descolonización digital no como un gesto simbólico o un ejercicio de regulación tecnocrática, sino como un proceso profundo de reconfiguración del orden político, económico y cultural, capaz de redefinir la relación entre los sujetos, el conocimiento y la tecnología.
En un tiempo donde la gobernanza algorítmica amenaza con clausurar el horizonte de lo posible, Data Grab abre una grieta luminosa. Nos recuerda que la historia no está escrita de antemano y que la captura no es el destino. La desposesión puede ser revertida si somos capaces de construir infraestructuras de esperanza, tecnologías al servicio del común y marcos normativos que devuelvan a las comunidades el control sobre sus vidas y saberes. En definitiva, Data Grab: The New Colonialism of Big Tech (and How to Fight Back) no sólo desvela los mecanismos del colonialismo de datos; nos ofrece una hoja de ruta hacia la descolonización de nuestras vidas digitales. Una obra imprescindible para quienes entienden que la lucha por el futuro no se juega únicamente en los territorios físicos, sino también —y sobre todo— en el control de la información, en la soberanía del conocimiento y en la posibilidad de imaginar y construir otros mundos digitales posibles.